Apoyos extraordinarios a Pemex distorsionan ya las cifras de las finanzas públicas
Porque en ese mes, sin estar aprobado en el Presupuesto de Egresos 2025, Hacienda transfirió a PEMEX una “aportación extraordinaria” por $254 mil millones de pesos, por lo que la Paraestatal aumentó de manera espuria sus ingresos y su superávit, haciendo tal ruido que ya empezaron a presentar datos “con” y “sin” esta aportación extraordinaria.
PEMEX, sin esta “aportación extraordinaria” acusa a Septiembre un déficit financiero de $2,845 millones de pesos.
A pesar de haber recibido ya transferencias por $153 mil millones de pesos, pero incluyendo esta “aportación extraordinaria”, reporta un Superávit Financiero de $250,923 millones de pesos, como si no hubiera gastado ese dinero.
El tema de las transferencias de recursos presupuestales, que envía el Gobierno Federal a los entes públicos que están dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación, (PEF) tradicionalmente se “netean” para evitar una doble contabilización del gasto, es decir, si el Gobierno Federal envía recursos a un ente dentro del presupuesto como apoyo o subsidio, obviamente se registra como “gasto” del Gobierno Federal, y como el recurso transferido es gastado por el ente receptor, también se registra como “gasto”, por lo que al final del cuadro, se introduce un “ajuste” que resta esa transferencia para eliminar la doble contabilización del gasto.
Comentaba en una nota anterior, que como el PEF incluye un concepto de Gasto que se presenta en términos “Netos” (de amortizaciones de la deuda), si en algún momento se amortizara deuda con ingresos propios, (no con colocación de más deuda) dicha amortización NO se registraría como Gasto, y ya tendríamos problemas en los registros contables, porque habría un “uso de efectivo” sin registro de gasto, y por ende, el déficit estaría sub estimado.
Bueno, pues eso precisamente ya está pasando ahorita, porque la aportación extraordinaria a PEMEX se registra como ingreso propio, y como se aplica a pago de Pasivo Financiero, no se registra como “Gasto” y vadirecto al remanente de operación, generando un “Superávit” presupuestario espurio que no existe, porque el dinero sencillamente se gastó.
De hecho, en el reporte de las finanzas públicas al tercer trimestre del año, a la letra se señala, que la actualización que se presenta del cierre de las finanzas públicas, “Excluye la aportación extraordinaria de $254 mil millones para mejorar la situación financiera de Pemex”, manejando ya una doble contabilidad.
En mi análisis de las Finanzas Públicas para 2026, apunté precisamente ese “detalle” porque se incluyó en el PEF 2026 una transferencia del Gobierno Federal a PEMEX como la que le acaban de hacer el pasado mes de Septiembre, dinero que se registra como Ingreso Propio y queda sin registro de gasto, por lo que genera un “Superávit” presupuestal inexistente que reduce de manera espuria el Déficit Presupuestal.
A PEMEX ya le cayó la noche encima, y ha dejado de ser un aportante neto de recursos a las Finanzas Públicas, para pasar a ser parte de los entes públicos apoyados presupuestalmente, y ya es un barril sin fondo que amenaza con arrastrar en su quiebra financiera al Gobierno Federal.
Al mes de Septiembre, PEMEX le ha aportado al Gobierno Federal $185 mil millones de pesos de ingresos petroleros (vía el Fondo Mexicano del Petróleo) pero ha recibido transferencias gubernamentales por $407 mil millones de pesos, 220% más de lo que aporta.
Para este año 2025, las proyecciones de extracción de petróleo crudo, fueron de 1,570 miles de barriles diarios, cantidad incluso inferior a la registrada en 2024, pero la última revisión hecha por las autoridades, estima que solo extraerán 1,455 miles de barriles diarios, una reducción de 115 mil barriles diarios respecto lo programado, por lo que continúa el proceso de extinción, en una crónica de una muerte anunciada.
El pasivo laboral y la deuda financiera, hay que reconocerlo, son ya impagables, y la baja generación de ingresos condena a la empresa a operar con pérdidas, al grado incluso que ya no genera suficientes ingresos ni para pagar oportunamente a sus proveedores, extendiendo su agonía a muchos pequeños y medianos empresarios.
