¿Por qué se reunió ayer el arzobispo Rogelio Cabrera con altas funcionarias de Segob?
Vino a Nuevo León Rocío Bárcenas, quien es subsecretaria de Construcción de Paz, Participación Social y Asuntos Religiosos, a instalar el módulo llamado “Sí al desarme, sí a la paz”, que consiste en la destrucción y canje de armas, y que estará montado en Nuevo León hasta el 26 de septiembre.
También le pregunto al Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, quien asistió al acto masivo, su perspectiva sobre este programa de desarme.
Pienso que es voluntad propia prescindir de un arma.
Y sostengo, con indicadores, que este programa de amnistía y de entrega de armas —sin indagar su procedencia, de manera anónima— bajan los índices de homicidios y los riesgos en los hogares.
Se explaya esta política pública en uno de mis libros de cabecera: Under Fire: Gun Buy-Backs, Exchanges and Amnesty Programs, coeditado en 2010 por Police Foundation, de EUA.
“Debe seguirse siempre una ruta pacífica”, me advierte de entrada el arzobispo Cabrera.
Y enseguida cita al papa León XIV: “Rechazar la lógica de la violencia y de la guerra, promoviendo una reconciliación desarmante y desarmada, fundada en el amor y la justicia”.
Es curioso que, desde hace muchos años, no aludiera en esta columna política, enfocada principalmente al análisis de fondo de fenómenos criminales y de cuello blanco, al amor como política pública.
Lo hago ahora inspirado por el papa León XIV y por el arzobispo Rogelio Cabrera, quien menciona a la titular de la Unidad de Asuntos Religiosos, Prevención Social y Reconstrucción del Tejido Social, Clara Luz Flores Carrales, como artífice de este programa, uno de los más destacados en la Secretaría de Gobernación, que encabeza Rosa Icela Rodríguez.
“Estuvieron Rosa Icela y Clara Luz en representación de México con su Santidad León XIV”.
¿De qué hablaron? Sobre el proceso de paz, me dice Rocío Bárcenas; y me pide que indague con Clara Luz Flores sobre los detalles de “Sí al desarme, sí a la paz”, y sobre las armas que, desde enero de 2025, se han logrado destruir: casi 6,000 por voluntad de sus propietarios.
Pero prefiero tocar el tema sobre otra pacificación, en este caso la de los ánimos políticos en nuestro estado, de cara al proceso electoral de 2027.
Y Flores Carrales me señala que, por supuesto, le gustaría que hubiera más mujeres en alcaldías y cargos de elección popular, pero también habría qué ganar a la buena, como lo hizo la presidenta Claudia Sheinbaum, quien compitió con hombres por conseguir en Morena la candidatura presidencial y es la primera mujer presidenta.
Garanticemos los derechos de las mujeres con una legislación que no se esté constantemente modificando, pero que tampoco vete a los hombres. Es decir, que haya equidad y no exclusión.
Añade Flores Carrales que, en el partido Morena, la encuesta para la gubernatura decide: “Y si la encuesta decide que sea yo, aceptaría con gusto ser la candidata”.
Lo que sí apoya —e insiste mucho en el tema— es la ley en contra del nepotismo, recordándome que fue ella la primera en proponer una iniciativa en ese sentido, como diputada federal, y que ya debería entrar en vigor, porque el nepotismo propicia la corrupción.
Son puntos de vista a analizar, en política, así como en el debate público, se trata de fijar postura y abrirse al diálogo, los consejos de paz son esferas de diálogo y distensión de conflictos, para aliviar las tensiones sociales e impartir justicia.
Por lo pronto, nosotros, como analistas políticos y económicos, haremos lo nuestro. Sin restricciones ni censuras.
De eso se trata no sólo la política, sino la vida misma.