Savater hace la tarea
Él mismo da un primer ejemplo de esperanza. Viajó cinco horas en tren desde San Sebastián, el cansancio prepondera en sus ojos de 78 años y nos pide que no lo miremos cual momia acabada de salir de la tumba, que no lo convirtamos en polvo.
Es muy claro, no pontifica.
Emociona su defensa a la lectura en una época en que, en apariencia, leer no está de moda, pese a que las cifras de la industria editorial marquen otra cosa.
Afirma que saber leer es saber pensar; leer más allá de la consulta de artilugios, leer lenta y profundamente un texto largo.
- Emociona asimismo su espíritu inclusivo.
- En su humanismo caben los retos intelectuales, los científicos, los poéticos.
- Le preguntan por nuestro momento histórico.
Responde que la época no es buena, que son malos tiempos para vivir, como los vividos por todos los hombres de antes.
Pero no parece estar jugando.
No pelea contra la inteligencia artificial, enfatiza que en la lectura están las preguntas que ayudan a solucionar problemas actuales, algo que, según él, la IA no ofrece aún.
Siempre será admirable ver a una figura así haciendo la fatigosa tarea de promover su trabajo.
Hoy, su regreso a las aulas.
Socratismo presencial, y también virtual.