Años difíciles

La pandemia agravó el sentimiento de desaliento de muchos por la marcha de México y por la forma como es conducido. 

Estar despidiendo 2020 es un logro relevante porque implica estar vivo y en salud, lo cual se veía difícil lograr. 

Si, además, no hemos sufrido pérdida de alguien cercano y nuestras finanzas aguantaron, ya es un acontecimiento extraordinario por el cual debemos estar muy agradecidos.

Ha sido un año muy difícil porque la pandemia nos acorraló física, económica y emotivamente de una forma que jamás habíamos experimentado en nuestras  vidas y nos hizo enfrentarnos a amenazas que nos atemorizan pero que, quizá, nos hagan modificar nuestro comportamiento y actitud ante la vida, familia, amigos, trabajo y nuestro país.

Demos gracias a Dios por las pruebas y por las bendiciones recibidas.

La pandemia agravó el sentimiento de desaliento que muchos sentimos por la marcha de nuestro país y por la forma como es conducido. 

DESUNIDOS ENFRENTAMOS LA TORMENTA

La debilidad manifiesta de sociedad y gobierno para reaccionar adecuadamente ante el peligro se hizo de nuevo patente y enfrentamos la tormenta desunidos, con resentimientos y careciendo de planes y organización adecuados que mitigaran sus efectos.

El gobierno federal agravó la fobia que lo caracteriza para movilizar a la sociedad, aislándose y enconchándose defensivamente para evitar críticas merecidas y ajustes indispensables. 

Manifestó rigidez y falta de conocimientos para actuar ante la situación imprevista, refugiándose en los ritos  ineficaces que lo han caracterizado: mañaneras, giras pueblerinas, ocurrencias, descoordinación del gabinete, desarticulación con los estados y municipios, grilla continua, politización de todo. 

Manifestaciones indiscutibles de un movimiento político unipersonal, plagado de resentidos e incompetentes, que no ha logrado aprender a gobernar.

La sociedad civil, estratificada y desorientada, refugiada en los chats, memes y “fake news”, buscando los liderazgos suprimidos por la añeja cultura de sumisión al gobernante y a los caciques políticos y económicos que configuran la oligarquía en México.

Buscando líderes nuevos, pero reverenciando a los mismos de siempre sin atreverse a apoyar liderazgos transformacionales que eliminen lo que ya no funciona, pero todos con ganas de contribuir a una causa organizada que nunca se planteó.

LO QUE PROVOCA NUESTRO DESDÉN...

Estamos pagando la deuda originada por nuestro desinterés en la cosa social; por nuestro apoyo irreflexivo a regímenes corruptos, crueles e ineficaces y por nuestro desdén a participar en la verdadera política, dejándola  en manos de aquellos mal formados en el ambiente de la grilla.

El liderazgo político, económico y social que vivimos, lo hemos creado nosotros mismo con nuestra pasividad. 

Sobrevivir a este difícil año nos obliga a cambiar para mejorar en nuestro rol social y político.

De no hacerlo, seguiremos muriendo junto con aquellos incapacitados por sus carencias o intereses y seguiremos ayudando a destruir este País.

Dios mediante, viviremos un nuevo período que debemos utilizar contribuyendo al bien común.

PAÍS GENEROSO, PERO MAL ADMINISTRADO

Se requiere nuestro esfuerzo para mitigar el sufrimiento de millones de conciudadanos en la pobreza, sin empleo o con ingresos mermados  en un país generoso, pero mal administrado.

La inseguridad, nunca controlada, se agudizará  pues se perderá la base económica sobre la cual el gobierno quería pacificar el país y las ayudas federales palidecerán ante los efectos de la desocupación y la quiebra de negocios.

La incapacidad del gobierno se hará mas evidente y la tendencia a radicalizarse se agudizará.

Solamente nosotros, los millones de mexicanos que queremos a este País y no estamos dispuestos a perderlo, podremos evitar esos males e insistir en una nueva etapa de reconciliación, unidad y solidaridad que elimine los tradicionales vicios de políticos y potentados -principales responsables de las miserias del pueblo- y que lance a México hacia la grandeza que merece su gente.

Podemos y debemos hacerlo. Dejemos ya la comodidad de la crítica destructiva y de la oposición irrestricta y movilicémonos inteligentemente para lograrlo. 

¡Feliz y activo año nuevo!

Fernando Turner

CEO de Katcon y sus plantas operan en todo el mundo.