¿Cómo sabes si la Tierra, no es más que el infierno de otro planeta?
Hay tambores de guerra y gritos histéricos de apoyo, resuenan en los campos y ciudades de en Ucrania vs. Rusia, India y Pakistán, y la guerra de expansión y exterminio de Israel contra la población árabe de Gaza, en África y América por lo que es necesario e inexcusable que las voces de los seres humanos en favor de la Paz no solo sean oídas, sino que provoquen acciones para detener la guerra.
Vamos a resonar lo que expresaban sobre la paz humanos como el Papa Francisco decía “La paz es una cualidad deseable universalmente, es valorada por todas las sociedades y culturas, a nivel de los Estados y países y también en los hogares, en las relaciones interpersonales y en el interior de cada individuo”.
José Mujica expresaba que “ahora tenemos, en el frente de batalla o detrás de bambalinas, a un grupo grande de nuevos aspirantes a ocupar los primeros lugares del poder global, todos con enorme poder político y económico, y aspiraciones de seguir creciendo, casi todos con armamento nuclear a disposición”.
Narraba Albert Einstein que “Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz”.
No hace falta ser sabio, ni tener bayonetas, si tú te aprendes bien, solo estas tres letras, P. A. Z. úsalas de mayor y habrá paz en la tierra.
Hay que preguntarnos si ¿Hay eternos retornos en los ciclos históricos? Una gran nebulosa enrarece el escenario mundial, la incertidumbre se apodera de los espacios económicos, políticos y sociales.
La ruptura y el desencuentro parecen ser los factores dominantes en la actual dinámica realidad Mundial.
La caída del Imperio Romano en Occidente, que significó el fin del mundo antiguo, dio lugar a una nueva etapa histórica bastante extensa, llegó a incluir hasta 10 siglos y llena de cambios políticos, económicos y culturales que afectaron al día a día de sus habitantes.
Los imperios anteriores decayeron porque las élites se apropiaron y expoliaron los recursos de más de lo que les correspondía en ingresos y recursos, pagando el precio en forma de malestar interno creciente, facilitaron la conquista externa o la rebelión.
En el siglo XIX y principios del XX, los grandes y poderosos imperios español, portugués, otomano y mongol comenzaron a desintegrarse.
España, que en un tiempo no tenía rival en Europa, llevaba mucho tiempo en decadencia cuando fue paralizada por la invasión de Napoleón Bonaparte.
El Imperio Otomano se vio sacudido por una serie de revoluciones, que dieron como resultado que los otomanos solo mantuvieran una pequeña región que rodeaba la capital, Estambul.
La desintegración de los imperios europeos dio lugar a la Primera Guerra Mundial, un conflicto que devastó gran parte de Europa y el mundo a principios del siglo XX, se fraguó a partir de una serie de factores complejos y escalada de tensión entre las emergentes potencias europeas.
Al considerar a la Primera Guerra Mundial como un acontecimiento histórico esencial para entender el siglo XX, En 1914 se estaba configurando un nuevo mundo y un nuevo tipo de guerra y no fue un conflicto aislado, se convirtió en un conflicto global que involucró a la mayoría de las potencias mundiales, imprimiendo un punto de inflexión en la historia y dejando un profundo impacto en el mundo.
La Primera guerra mundial enfrentó a las llamadas Potencias Centrales que integraban: Alemania, Austria-Hungría y el Imperio y Otomano) contra los Aliados, que estaban constituidos por: Francia, Gran Bretaña, Rusia, Italia, Japón y, a partir de 1917, Estados Unidos.
Factores que contribuyeron al estallido de la guerra:
La creciente rivalidad entre naciones, especialmente entre los imperios coloniales de Europa, y la lucha por la dominación colonial en África y Asia, todos en la búsqueda de expansión territorial y poder. La carrera armamentista y la construcción de grandes ejércitos y armadas en las principales potencias europeas aumentaron la tensión y el desasosiego y temor a la guerra.
Las alianzas entre países, como la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría, Italia) y la Triple Entente (Francia, Gran Bretaña, Rusia), crearon un sistema de uno para todos y todos para uno donde la guerra de una potencia implicaba la implicación de sus aliados.
La colonización y la intervención e injerencia en el control de los recursos de países y territorios en otros continentes, por parte de las potencias europeas, como Francia, Gran Bretaña y Alemania, y en Asia el Japón, con su expansión, las cuales crearon rivalidades y conflictos por el acceso a recursos y mercados. se movilizasen y declarasen la guerra a sus enemigos, desatando la guerra en Europa y posteriormente extendiéndose a otras partes del mundo.
El asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona austro-húngara, y de su esposa, la archiduquesa Sofía, en Sarajevo el 28 de junio de 1914, dio inicio a las hostilidades, que comenzaron en agosto de 1914.
Después de una gran exitosa ofensiva alemana a principios de 1918 a lo largo de todo el frente occidental, los Aliados contraatacaron hicieron retroceder a los alemanes en una serie de exitosas ofensivas.
Alemania, se encontraba en plena revolución, solicitó un armisticio el 11 de noviembre de 1918, poniendo fin a la guerra con la victoria aliada.
tuvo consecuencias políticas importantes, como la disolución de cuatro de los imperios participantes: el ruso, el alemán, el otomano y el austrohúngaro.
Los imperios anteriores decayeron porque las élites de los países explotadores saquearon de más los recursos de los países.
El Imperio ruso se desintegró cuando se produjo la Revolución rusa en 1917, que derrocó al zar en marzo (la llamada Revolución de Febrero.
El Imperio austrohúngaro se dividió en las naciones de Austria, Hungría, Checoslovaquia, Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (futura Yugoslavia) y Polonia, El Imperio otomano se desintegró y sus territorios en Medio Oriente fueron repartidos como mandatos de la Sociedad de Naciones entre el Reino Unido (Palestina, Irak, Transjordania) y Francia (Siria, Líbano).
El Imperio alemán sufrió una disolución que implicó la pérdida de todos sus territorios coloniales en África, Asia y Oceanía, además de la cesión de territorios europeos a otros países como Francia, Bélgica, Polonia y Dinamarca. Fueron las élites de los países explotadores se apropiaron de en ingresos y recursos y causaron de malestar interno, depresión y rebelión.
El costo en vidas humanas de primera guerra mundial fue de aproximadamente de nueve millones de combatientes y siete millones de civiles muertos y más veinte millones de heridos y mutilados.
Existe un fuerte paralelismo entre la decadencia y la desaparición final del Imperio romano y la decadencia y extinción delos imperialismos absolutos.
El conflicto de la Segunda Guerra Mundial de 1939 a 1945, se originó, en último término, por las ideologías totalitarias nacidas a raíz de la Primera Guerra Mundial, y porque de ellas, el fascismo y el nazismo, eran una especie de, como respuesta a las consecuencias y efectos revolucionarias, factores que encadenaron, por parte de los autoritarismos populistas que con una actitud infamante de alevosía y premeditación una guerra de expansión y exterminio.
Como consecuencia del conflicto, cambiaron radicalmente las relaciones internacionales. Terminó el dominio político de Europa incluida Gran Bretaña, sobre gran parte del mundo, un ciclo que duró casi cuatro siglos. Transitaba a ser cosa del pasado de: un sistema internacional basado en el equilibrio de poder entre las potencias europeas, y nacía uno nuevo, dominado por las dos superpotencias —Estados Unidos y la Unión Soviética. Las antiguas potencias europeas quedaban desplazadas, pues ya eran las tomaban ya las principales decisiones.
Si recordamos que en la conferencia en New Hamsphire, Estados Unidos en julio de 1944, de Bretton Woods, se fijaron las bases y reglas comerciales e industriales, en donde se desarrollaban las nociones de mercados abiertos e institucionalizando normas para los intercambios comerciales. Creándose también el Fondo Monetario Internacional para evitar desajustes monetarios, y el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo, que ayudaría a las economías de posguerra, embrión del Banco Mundial y se fijó el patrón oro y el dólar se convirtió en la principal referencia del nuevo orden financiero.
Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia. Huxley
Hoy en nuestro tiempo existe tenebrosidad y opacidad, que identifica al escenario político internacional del siglo XXI, en específico en su segunda década, es el proceso de normalidad de los populismos de la derecha y los populismos de la izquierda ambos de características extremas, y hemos presenciado su correspondiente crecimiento como fuerza electoral.
El progreso tecnológico sólo nos ha provisto de medios más eficientes para ir hacia atrás.
La reconfiguración geopolítica de las relaciones económicas y políticas internacionales de los primeros años de este siglo XXI, no siempre se han dirimido por los senderos de la paz, sino que obliga que el conflicto y las pugnas, incluso las más insignificantes abandonen los senderos del entendimiento y la paz y que crece soluciones bélicas a medida que el sistema mundial experimenta crisis y transiciones de las hegemonías de las potencias.
Lo que hemos venido viviendo a lo largo de las últimas décadas con el declive de la hegemonía estadounidense y su propensión al recurso de la economía de guerra en trabajar para sostenerse o "supervivir", en lo que se traza y perfila como una transición a una hegemonía tripolar algo inusual e inusitado la existencia de un de triunvirato constituido por China, Estados Unidos y Rusia.
De ahí que el actual conflicto que tiene como epicentro a Ucrania no es un evento residual posdado que, con efecto de onda, se esparce estrepitosamente peligrosamente y perturba la paz.
Los conflictos entre Ucrania (Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN) y Rusia (China) se libra sobre todo como una guerra cognitiva, pero con profundas aristas económico/financieras, cuyas consecuencias serán profundas y devastadoras para los pueblos y familias del mundo entero. En el contexto de la esclerosis del sistema financiero internacional regido por el dólar estadounidense, las espirales inflacionarias acarreadas desde el 2021 como consecuencia del ineficaz manejo de las crisis.
Una máxima para el siglo XXI podría ser para empezar no combatir el mal en nombre del bien, sino cuestionar las certezas de la gente que siempre asegura que sabe dónde se encuentran el bien y el mal.
La paz es una cualidad deseable universalmente, es apreciada y valorada por todas las sociedades y culturas, a nivel de los Estados y también en los hogares, en las relaciones interpersonales y en el interior de cada persona.