Comulgantes pen…itentes
Les platico:
Los paleros de hoy son los bufones del siglo XVII:
Aplauden cual focas amaestradas a quienes se sienten gallinas que empollan el huevo de la democracia.
Con una terquedad o salvedad: los que ponen unos y cacarean otros, son huevos huecos.
A lo que llaman moral, es mortal por necesidad.
Cuando me topo con alguno de éstos, aplico el milenario principio de que si el oponente es tonto, no se necesita ser astuto.
Tratar de usar la inteligencia para comprenderlos y más aún, para convencerlos, es totalmente inútil.
Su desgracia es vivir mal informados, que equivale hoy en día a saturarse de datos insaculados por su guía espiritual disfrazado de presidente, que despacha en una parroquia camuflajeada de Palacio Nacional.
La virtud de todos éstos es el auto engaño.
Me hacen recordar la frase aquella de Víctor Hugo: “qué extraño es ver la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien”.
El problema es que -como decía mi abuela cuando era la primera alcaldesa de todo México-: “todo parece salirles bien”.
Pero, citando ahora a Cicerón: “Las cosas fingidas caen tarde o temprano como flores marchitas, porque ninguna simulación dura largo tiempo”.
Cierto día, uno de esos comulgantes pen…itentes dijo en una conversación en la que estuve, que la mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.
“Oye” -le dije- “estás citando a Óscar Wilde”, y por la cara que puso supe que no sabía de quién le estaba hablando.
A veces, los ignorantes rozan de chiripa el conocimiento
Las personas de valor bajo y medio-bajo también tienen su corazoncito, seguro que sí.
Todos estos a quienes me refiero en este inicio de semana, son políticos.
Y hacen gala del arte de impedir con sus actos, que la gente se meta en lo que SÍ le importa y le concierne.
Y como colofón de todo esto, qué “sabiduría” la de Jacques Benigne Bossuet cuando escribió que la política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar, y aquellos que no se quieren salir.
Y para darle contexto a esa frase que pronunció en el año 1700, les recuerdo que Bossuet era un clérigo, predicador, filósofo e intelectual francés, que defendió la teoría del origen divino del poder, para justificar el absolutismo de Luis XIV, el Rey Sol.
CAJÓN DEL SASTRE DE PANAMÁ.
“Dicho sea lo anterior respecto al que se siente rey sol en medio de cielos cada vez más nublados”, remata la irreverente de mi Gaby.
Para mis amigos de Guadalajara, Guaymas y San Pedro.
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