Deportivismo sobre talento
Ni siquiera los gritos ensordecedores de los comentaristas argentinos. Esos locutores están bordados a otra especie de superficialidad.
México ha contado con muchos de los maestros empíricos del periodismo deportivo. Sus bases llegan con la proximidad de la frontera de la emotividad.
En el mundialito de clubs de balompié, la diferencia entre los clubs europeos, los sudamericanos y norteamericanos resulta en el contraste absoluto.
Triunfo inexistente en la derrota. Si se hace con deportivismo, con el mayor esfuerzo, a tope, las instituciones, lo aficionados y los practicantes, lo han hecho de manera ejemplar. Honra el espíritu. Muestra a las siguientes generaciones el día del ya casi. Pero aun no.
En el extravío de tantas competencias internacionales, vamos a la deriva de calendario. Lo perdimos en la consecuencia de la pandemia del covid 19. Tampoco son la pulcritud de reglas. Si existe diferencia de pago entre varones y damas la discriminación de género lastima.
Debemos devolver a los profesionales las posibilidades de ascenso y descenso. Sueldo equitativo. Soñar se vale. Mientras tanto, con políticos tan poco aseados como Mikel Arreola, priista quien dirige la primera división de soccer, queda el sabor agridulce entre quienes tienen el poder. Celebremos entonces la eliminación del Monterrey frente al Borussia. Ya es un logro pírrico de los multipropietarios de la primera división.