Diez ejes y un desafío en la ciudad de México
Ese es el reto inmediato para quienes aspiran a equilibrar un modelo político que, sin vigilancia ni balance, tiende inevitablemente al abuso y a la ineficacia.
Por eso cobra relevancia el esfuerzo del PRI capitalino, que ha presentado —bajo el liderazgo de la diputada Tania Larios— una agenda legislativa robusta, articulada en 10 ejes prioritarios que buscan responder a las necesidades urgentes de la ciudad.
En un Congreso en donde la mayoría Morenista suele imponerse sin consenso, esta agenda representa una hoja de ruta seria para recuperar el equilibrio y avanzar hacia un modelo de gobernanza más plural.
Los 10 ejes impulsados por Tania Larios:
- Planeación urbana y ordenamiento territorial
- Democracia e instituciones
- Derechos y libertades
- Estado de derecho y gobernanza
- Sistema de cuidados y política social
- Seguridad y atención a víctimas
- Movilidad y seguridad vial
- Derechos de las mujeres y perspectiva de género,
- Economía social y soberanía alimentaria
- Salud mental integral y universal
No son solo categorías técnicas, sino un recordatorio de lo mucho que está pendiente por hacer o impulsar en la capital política y económica del país.
Es imprescindible reconocer que cada uno de estos ejes aborda vacíos que hoy lastiman a la ciudadanía, ciudades desiguales, instituciones debilitadas, libertades bajo presión, impunidad creciente, un sistema de cuidados inexistente, movilidad colapsada, violencia feminicida, mercados injustos y una crisis silenciosa de salud mental.
Al acreditarle esta propuesta a la diputada Larios, cabe subrayar que no se trata solo de un documento legislativo; es un posicionamiento político que, en medio de la fragmentación opositora, busca devolverle sentido a la representación ciudadana.
La oposición en la capital —si quiere ser opción real de gobierno— necesita entender que el trabajo aislado no sirve y que las agendas individuales no se traducen en cambios sustantivos.
Hoy más que nunca se requiere un bloque compacto, disciplinado y capaz de coordinarse con inteligencia estratégica.
En un escenario como el actual, en donde el oficialismo administra la ciudad con decisiones unilaterales y una comunicación que aspira al control absoluto del relato, la única vía para reconstruir equilibrios es que los partidos de oposición actúen con madurez política y unidad programática.
La agenda presentada por la coordinadora del Grupo Parlamentario del PRI en el Congreso de la CDMX, demuestra que sí hay capacidad técnica, visión institucional y una noción clara de hacia dónde debe caminar la ciudad, lo que falta es que esa visión sea asumida como causa común por toda la oposición.
La Ciudad de México ya no puede permitirse oposiciones decorativas ni simulaciones parlamentarias. Requiere fuerza legislativa, presencia territorial y la capacidad de poner límites cuando el poder se excede, también requiere algo más difícil: construir alternativas reales que conecten con las personas.
Los 10 ejes del PRI capitalino pueden ser una base para ello, siempre y cuando se acompañe de consensos y se traduzca en iniciativas que aprueben todos los partidos para bien de la Ciudad de México.
La política capitalina debe recuperar su sentido: servir, equilibrar y corregir.
Si la oposición logra entender que la unidad no es un acto retórico sino un compromiso operativo, la ciudad puede recuperar espacios de pluralidad, contrapeso y diálogo.
Si no lo hace, seguirá sometida al dominio de un solo proyecto político que, sin vigilancia crítica, continuará avanzando sin frenos.
Hoy la capital no necesita más discursos: necesita acuerdos, trabajo legislativo serio y la valentía de construir equilibrio desde la oposición.
La “revolución de las causas”, para que tenga sentido, debe seguir el camino de la unidad.
