Diplomacia “Oportunista”: La futilidad del multilateralismo en la asamblea general

Carlos Chavarría DETONA® La Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) debería representar, en teoría, el pináculo de la cooperación multilateral.
https://vimeo.com/1091444957

No obstante, la mas reciente cumbre en Nueva York ha puesto de relieve una profunda crisis de propósito, llevando a la percepción de que la diplomacia internacional ha degenerado en un ejercicio de retórica nacionalista y vanidad política.

Esta nueva realidad, que bien podría denominarse "Diplomacia Oportunista", expone la futilidad de un foro que, en lugar de abordar amenazas globales con un compromiso categórico, se ha convertido en un "escaparate" para la consolidación de intereses domésticos.

La presente situación no solo marca una distancia abismal con los ideales fundacionales de sus predecesoras, sino que subraya un debilitamiento estructural y moral en la capacidad de la ONU para mantener la paz y la seguridad internacional.

La génesis de tal futilidad radica en la sutil, pero fundamental, diferencia entre la Liga de las Naciones y la actual ONU.

La Liga (1920-1946) se instituyó bajo un Pacto categórico, anclado en el principio de seguridad colectiva: "un agresor contra cualquier Estado miembro debe ser considerado un agresor contra todos los demás".

Su Carta fundacional exigía la renuncia a la diplomacia secreta y el respeto incondicional a la integridad territorial. La Carta de la ONU, si bien mantiene el objetivo de "mantener la paz y la seguridad internacionales", se revistió de un lenguaje más amplio convirtiendo las intenciones en "idealistas y sugerentes" (Kissinger, 1994). 

Este cambio, de ser categórica a ser meramente sugerente en la práctica, facilitó el tránsito hacia un sistema que prioriza la acción concertada de las potencias dominantes, mermando el espíritu vinculante propio del multilateralismo.

Qué pronto se olvidaron las atrocidades y el gran dolor ocasionado por la Segunda Guerra Mundial, que fue la energía impulsora para intentar producir un orden mundial más cercano a la convivencia que a rancios postulados totalitarios.

Este olvido sistémico permitió que la desviación histórica se manifestara en el desequilibrio institucional que convierte a la ONU en una "corporación al servicio del Consejo de Seguridad", dominado por las naciones con mayor poder económico y militar. 

El Consejo ejerce una influencia decisiva en los objetivos autoimpuestos de la organización (pobreza, cambio climático, derechos humanos, etc), justificando políticas de intervención que a menudo sirven a sus propios intereses nacionales.

En este contexto, la Asamblea General queda relegada a un rol meramente cosmético, un palco global en el que la retórica sustituye a la negociación efectiva.

La evidencia más clara de la "Diplomacia Oportunista" reside en el contenido de las intervenciones de los líderes mundiales en la AGNU.

En lugar de centrarse en la inestabilidad geopolítica y los conflictos armados, la plataforma se utiliza para atender debilidades políticas domésticas o impulsar agendas particulares.

Desde la solicitud de procesos penales contra funcionarios de Estados Unidos (Presidente de Colombia, Gustavo Petro), pasando por la denuncia de incidentes internos con fines políticos (Polonia), hasta anuncios de candidaturas personales (Presidente de Chile, Gabriel Boric), e incluso la búsqueda de la vanidad personal (el deseo del presidente Donald Trump de recibir el Premio Nobel), los discursos se convierten en arengas dirigidas a las pasiones de las audiencias nacionales, importando poco la búsqueda de soluciones o la transparencia.

Como señaló el presidente Macron de Francia, "El mundo se está desmoronando, y eso está frenando nuestra capacidad colectiva para resolver los grandes conflictos".

Esta retórica oportunista demuestra una alarmante pérdida de resiliencia diplomática.

La diplomacia se ha transformado de un "ajuste progresivo" a una "cuestión de vida o muerte" donde los gestos dirigidos a la galería reemplazan la búsqueda de un equilibrio posible. 

El resultado es un endurecimiento de los lazos internos de cada bando, lo que "solo conduce a la perpetuación y el fortalecimiento de todos los agravios".

Si la diplomacia, como cualquier negociación, no puede existir sin equilibrios posibles y se basa en posiciones de fuerza militar sin un diálogo genuino, se condena a su autodestrucción como tal y a caer en la manipulación de las ambigüedades de la realidad distorsionada por la lucha de intereses económicos.

A manera de resumen, la actual Asamblea General de la ONU es un espejo de la crisis del multilateralismo, marcada por la primacía del interés nacional sobre el compromiso colectivo. 

La estructura de la organización y el comportamiento de sus líderes han convertido el foro en un teatro de la vanidad, donde la falta de un rumbo moral claro y la ausencia de transparencia impiden la posibilidad de mejoras sucesivas.

Esto evoca paralelismos históricos, como cuando los postulados derivados de la Revolución Francesa quedaron atrapados por figuras como Klemens von Metternich, ideologo que impulso el renacimiento del conservadurismo monárquico que motivo y concluyo con la Primera Guerra Mundial. 

La debilidad por la verdadera ambición y la inclinación  por la vanidad pura definen a menudo la ineficacia de los líderes, una dinámica que, al parecer, todavía tiene influencia significativa si se observa la inclinación de los países hacia el populismo de la derecha y el culto a la personalidad de los dirigentes a la vista.

 

Solo restaurando la ética de la negociación y el compromiso categórico con la seguridad colectiva, alejado de la política doméstica, podrá la diplomacia recuperar su resiliencia y su verdadero propósito en el escenario mundial.
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
https://vimeo.com/1015118818
Carlos Chavarría

Ingeniero químico e ingeniero industrial, co-autor del libro "Transporte Metropolitano de Monterrey, Análisis y Solución de un Viejo Problema", con maestría en Ingeniería Industrial y diplomado en Administración de Medios de Transporte.