Nueva Era

Europa hoy: ser o no ser

Pablo Hiriart DETONA®️: En estos días, la Unión Europea escenifica un sketch tragicómico: convoca a la diplomacia, invoca la legalidad internacional, defiende el multilateralismo... y EU actúa solo. Europa pide contención. Trump lanza misiles.
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Madrid.- Una pregunta clave en estos momentos de agitación en el orden internacional la oí la semana pasada en la presentación de un documento sobre “el dilema de la defensa europea”, en la sede de uno de los think tank más respetados de esta parte del mundo, el Real Instituto Elcano:

“¿Si lo que está haciendo Trump lo hiciera Putin, qué diríamos?”.

Se referían al anuncio de una próxima apropiación de Groenlandia, a la aspiración de anexar Canadá a Estados Unidos, entre otros casos.

Esa pregunta confronta a Europa ante un espejo que refleja su doble moral, derivada de su debilidad económica, tecnológica y militar.

“Hemos tenido la suerte de haber vivido 80 años sin necesidad de preocuparnos por nuestra defensa, que ha estado a cargo de nuestro aliado mayor (Estados Unidos)”, dijo la ministra de Defensa de España durante el gobierno de Mariano Rajoy, Dolores Cospedal.

Ahora “no hay dilema: asumir nuestra defensa sí o sí”.

La reunión en el Instituto Elcano se realizó dos días antes de los bombardeos de Estados Unidos a tres instalaciones nucleares de Irán, luego de décadas de advertencias al régimen de los ayatolas para que frene el enriquecimiento de uranio con fines evidentemente destructivos, y las desechó con fanática soberbia:

“Israel debe desparecer de la faz de la Tierra”, “Estados Unidos es el enemigo porque es satanás mismo”.

El punto, en este caso, está en que Donald Trump no consultó con la OTAN ni avisó a sus aliados de la Unión Europea, pasó por encima de la legalidad internacional sin cubrir siquiera algunos formalismos del derecho internacional.

Las bombas estadounidenses destruyeron (esperemos que así haya sido) las instalaciones nucleares iraníes, pero también exhibieron a Europa en su lastimosa irrelevancia actual.

Hoy y mañana se realiza la cumbre de la OTAN en La Haya, y el tema Irán alteró la agenda. La invasión rusa a Ucrania pasó a un tercer término porque a Trump le interesa poco: su mirada está en Asia.

Los socios europeos de la alianza atlántica tendrán que asumir el compromiso de aumentar su gasto en defensa “sí o sí”, como expuso Dolores Cospedal.

Al inicio de la reunión del Instituto Elcano, uno de los participantes lanzó otra pregunta clave: “Defensa, sí, sin duda. Pero ¿qué defendemos?”.

Él mismo respondió: “Defendemos un sistema de vida con democracia, libertades, derechos humanos, legalidad… y esos valores están siendo impugnados por nuestro aliado principal”.

La alianza atlántica “no es sólo defensiva, sino que también es una alianza de valores”, expuso.

Por ahí va el dilema que viven los europeos de cara a la cumbre de la OTAN y a las nuevas prioridades de Estados Unidos que, en caso de canalizar recursos, no serán para este continente, sino para Japón, Corea del Sur, Israel o incluso Australia.

Fortalecerse económica, tecnológica y militarmente, o hundirse en la irrelevancia cuando Europa tiene mucho que aportar. Aquí nacieron la Ilustración y los derechos del hombre y del ciudadano.

Ahora, en estos días, la Unión Europea escenifica un sketch tragicómico: convoca a la diplomacia, invoca la legalidad internacional, defiende el multilateralismo... y Estados Unidos actúa solo.

Europa pide contención. Trump lanza misiles.

Así es que seguramente veremos en la cumbre de La Haya que el episodio de Irán es revelador de una fractura más profunda.

Europa habla en nombre de un orden internacional basado en normas, pero carece de medios para hacerlas valer.

Estados Unidos, su principal aliado y garante de su seguridad, no sólo actúa al margen de esos principios: en muchos casos los viola o los socava abiertamente.

La incoherencia es insostenible.

Europa basa su apoyo a Ucrania en la defensa del derecho internacional, en la condena a las agresiones unilaterales y en la integridad territorial. ¿Eso sólo rige para Putin y calla o apenas murmura ante lo que hace Estados Unidos?

El problema no es sólo de forma. Es estructural. La defensa europea sigue dependiendo en un 70 % de las capacidades estadounidenses.

La inteligencia estratégica, los satélites, los sistemas de mando y control, el escudo antimisiles, los drones de combate: todo lo esencial es made in USA.

Y mientras no haya una autonomía real –militar, tecnológica, energética–, Europa seguirá condenada a la irrelevancia geopolítica.

Aunque, como se dijo en la presentación del documento (paper) elaborado por Félix Arteaga, Daniel Fiott y Luis Simón, tal vez la cuestión ya no sea si Europa debe cambiar o no de estrategia.

El punto es si aún está a tiempo. Porque está en juego su papel en el mundo.

Si no actúa con autonomía real, si no respalda sus principios con poder efectivo, seguirá siendo la voz educada que ya nadie escucha.
Y el papel de actor moralizante lo desempeña, mucho mejor, el papa León XIV. Al menos a él se le oye con respeto.
Pablo Hiriart

Nacido en Chile, emigró a México a fines de los 70. En 1980 inicia su etapa como reportero del semanario Proceso y del diario La Jornada antes de formar parte del equipo de comunicación del gobierno federal.
Desde el año 2016, participa en México Confidencial en Azteca 13, en Proyecto 40 y es Director General de información política y social del diario El Financiero, donde escribe la columna "Uso de Razón".