Godzilla Minus One - Gojira -1.0 / Japón, 2023
Godzilla Minus One es la nueva reencarnación del legendario monstruo que en el 2024 cumplirá 70 años de su primera aparición en las pantallas grandes.
Como de costumbre, la gigantesca criatura aparece para aterrorizar a un Japón recién salido de la Segunda Guerra Mundial, y la historia se centra en Koichi (Ryunosuke Kamiki) y su amiga Noriko (Minami Hamabe) tratando de sobrevivir la catástrofe que enfrenta Tokio.
El filme parte con Koichi cargando la pena de traicionar su misión como piloto kamikaze, a ser testigo de como un “joven” Godzilla mata a los mecánicos de la isla donde aterriza, y a lo mejor pudo haber tenido la capacidad de haber matado al monstruo.
De hecho, esta película se centra en el lado humano de los personajes y su sufrir por los estragos de la guerra en ellos y las hondas heridas que no sanan.
Ahora en 1947, con Godzilla recargado con la radiación de la explosión atómica del atolón de Bikini, regresamos a la fórmula de siempre del titán que cae sobre Tokio para destruir todo lo que se le anteponga.
El director Takashi Yamazaki, trabajando su propio guion, le da un aire “serio” al gigantesco monstruo como metáfora a lo que se enfrenta Japón luego de la guerra.
Es Japón menos uno, que en nuestra idiosincrasia sería Japón “cero a la izquierda”; una nación que se siente traicionada, deprimida y sin saber que va a pasar a futuro.
Ahora es Godzilla, que reúne todo en su gigantesca forma al Japón de la bomba atómica, no poder salir de la ruina, y cuando quieren salir adelante, algo se encarga de hundirlos otra vez.
Como dato curioso, Yamazaki recrea casi al pie de la letra un montaje que incluye en su película del 2007 Siempre: Atardecer en la Calle 3 parte 2, donde Godzilla hace un cameo y es obvio que el director copia a ese Godzilla destructor en la imponente imagen vista en el actual filme.
Eso y que el realizador cuidó con esmero los detalles clásicos: el rugido del monstruo, su flamazo radioactivo y la música, el tema que siempre ha sido intrínseco al gigante.
En el 2016, salió a la luz Shin Godzilla que “por debajo del agua” criticó a la monstruosa burocracia que quedó bloqueada y no supo actuar ante una emergencia; en ese momento era obvio el señalamiento de la crisis que vivieron por el incidente del reactor nuclear de Fukushima de marzo del 2011.
Ahora, en Godzilla Minus One, es el señalamiento de un gobierno que no sabía qué hacer para levantar Japón y abandonó a su orgulloso pueblo a su propio destino.
Por ende, si alguien va a derrotar a Godzilla, solo el ser humano simple; el pueblo de piso puede lograr vencer a Godzilla y salvar a Japón de la destrucción.
El Godzilla del realizador Yamazaki es una criatura aterrorizante, y en la instancia de este filme, es un apocalíptico ente, un sanguinario, destructivo e imponente monstruo a nivel de un dios muy enojado con lo que lo rodea… que es la idea que siempre se tuvo del titán y que las versiones de Hollywood jamás han sabido emular.
Cedo en que hay momentos en que parece estamos en medio de la Rosa de Guadalupe y el capítulo “Godzillano me aplastes”, con mucho melodrama “momento de agarrar una caja de kleenex”, etc.
Pero regresamos de inmediato al punto que es Godzilla, como fan del monstruo que conocí por primera vez hace 54 años, nadie como Japón para filmar lo que es suyo.
Aquí no hay ningún Godzilla menos uno… aquí puro “plus”.