Imperfección, pero...

La irrupción de las múltiples plataformas creadas bajo los dominios de Internet ha provocado un trastocamiento de nuestras maneras de abordar y generar la información.

Eso es patente, obvio, innegable, transparente. Ok.

Una de sus consecuencias más visibles es, vaya, el culto de la espontaneidad, la velocidad y la imperfección.

Así, hoy es un hecho que lo imperfecto es perfecto y lo espontáneo preferible.

Ok, está bien que sí, pero no pinches mames.

Gabriel Contreras

Psicólogo, periodista, podcaster, regiomontano desde 1959. Colabora en UANL, UDEM, Mundo Sustentable, entre otros medios.