Índice de Paz México, 2021

Uno de los mayores déficit que tiene el Estado mexicano con sus gobernados, además de la desigualdad económica, es el de la seguridad, cualquiera que sea el apellido de ésta, pública, ciudadana o cualquier otro tipo.

Nuestro país tiene 15 años involucrado en una crisis de seguridad de la cual no ha podido salir y que ha resultado en un incremento sustancial de los indicadores de violencia, de acuerdo a los datos oficiales del 1º de enero de 2001 al 31 de diciembre de 2020 han sido asesinadas 410 mil personas, de las cuales, 342 mil se registraron entre 2008 y 2020.

La espiral de violencia, agudizada de 2007 a la fecha por la lucha contra el narcotráfico, no ha podido ser atenuada, mucho de ello se debe a criterios políticos, cada seis años nuestro país se reinventa, deshecha lo anterior, lo critica y devasta para reiniciar de nueva cuenta una nueva y más eficiente solución.

400 mil muertes

Sin embargo, estos vaivenes políticos y esta falta de claridad en el combate a la delincuencia organizado, ha provocado la muerte de más de 400 mil personas, sin contabilizar los desplazados y costos económicos que ello supone.

En este contexto, desde hace 8 años, el Índice de Paz Global instrumento elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, un laboratorio de ideas internacional, que cuenta con oficinas en Australia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, México y Zimbabue y que se dedica a medir el impacto de la ausencia de paz en la actividad económica, desarrolló una medición para estimar el costo económico de la violencia.

Dicho cálculo implica la pérdida económica que se genera por delitos, costos de seguridad, encarcelamientos, actividades asociadas a las lesiones o defunciones derivadas de la violencia, pérdida de oportunidades y demás variables directas e indirectas.

Para el 2020, el Índice de Paz México señala que hay ligeras mejoras en las condiciones de paz, donde los delitos han bajado poco más de 1%, aunque los delitos con violencia que disminuyeron en promedio 13%, es necesario destacar que 2020 es un año atípico, por la emergencia sanitaria que limitó fuertemente la movilidad; aunque, es necesario reconocer que desde finales de 2019, se registraba una tendencia a la baja en dichos delitos.

VIOLENCIA CUESTA 23% DEL PIB

En lo económico, durante 2020, el costo de la violencia en México fue de 23% del PIB, lo que representa que para cada persona mexicana el costo de la violencia ascendió a casi 37 mil pesos, es decir, cada integrante de la sociedad perdió recursos o destino recursos relacionados con su seguridad derivado de la violencia.

El pago de este monto se hizo vía el presupuesto que administra el estado mexicano.

Nuestro país adolece de una estrategia integral de combate a la violencia, la cual se limitó a una confrontación de fuerza, lo que elevó el número de víctimas directas.

Sin embargo, no se han percibido acciones para impulsar la reinserción y rehabilitación social, para recuperar el tejido social y confianza pública, además de que no se registran políticas para erradicar la impunidad y corrupción.

Adicionalmente, entre los países de la OCDE México es la nación que menos presupuesto destina a seguridad, el cual disminuyó 31% entre el periodo 2015 y 2020, así como 3% en lo que refiere al sistema de justicia.

Como puede apreciarse alcanzar mejores evaluaciones y avances en estado que guarda la paz en nuestro país requiere de una estrategia integral y sobre todo recursos en suficiencia que permita que fenómenos como la impunidad y la corrupción retrocedan sustancialmente para tener condiciones que permitan un combate a la delincuencia, más allá de su confrontación.

El Índice de Paz México se afirma como una herramienta de gran valor, ya que no sólo pondera las variables de impacto directo, sino que incorpora la pertinencia de establecer pilares, sociales, económicos y jurídicos que permitan afirmar que paz es un valor que va más allá de la ausencia de violencia.

Se afirma como una condición para el desarrollo estable y sólida de una sociedad democrática y comprometida con el desarrollo económico y el respeto a los derechos humanos.
Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.