Juegos Olímpicos, entre opulencia y miseria
Organizar unos Juegos Olímpicos para determinada ciudad y país significa deambular entre la opulencia y la miseria.
En los últimos tiempos han habido ejemplos de naciones cuyas condiciones económicas mejoraron a raíz de recibir el fuego olímpico; mientras que en caso contrario, para otras representó el acabose y entrar en una fuerte recesión de la que todavía se encuentran sumergida.
Claras muestras de estos últimos casos son Grecia y Brasil, dos países emergentes. En el caso de los helénicos, apostaron en 2004 por regresar el “fuego olímpico” a Atenas, mientras que los brasileños se convirtieron en los anfitriones más recientes en Río de Janeiro, en 2016.
Los griegos hicieron un gasto de más de 10 mil millones de dólares para organizar los Juegos de la XXVIII olimpiada, sin embargo, a fines de la primera década del 2000, su economía entró a un espiral sin fondo, combinada por varios factores, incluida la crisis económica mundial de 2008 y 2009.
GRECIA
Esto llevó a que los países de la Unión Europea acudieran al rescate financiero de Grecia, quien se hizo de un crédito de alrededor de casi 130 mil millones de dólares.
BRASIL
Brasil fue un caso singular, pues en 2009, cuando se designó a Río como sede de los Juegos de la XXXI olimpiada, el país –que en ese entonces gobernaba Lula Da Silva– presumía ser la quinta economía mundial.
Todo era carnaval y alegría hasta que poco a poco se fue desenmascarando el evento: los Juegos Olímpicos tuvieron un costo de 15 mil millones de dólares (6 mil más de lo presupuestado).
Para 2017, el Producto Interno Bruto (PIB) había caído estrepitosamente 8.4% y, encima, el país entró en una fuerte inestabilidad social y política que terminó con la separación en el cargo de la ex presidenta Dilma Rousseff (2011-2016) y con el ex mandatario Lula en prisión, ambos enjuiciados por corrupción.
Esto sin contar que Brasil ya se había desfalcado 2 años antes por organizar el Mundial de Futbol de 2014, el cual costó alrededor más de 28 millones de dólares.
LA OTRA CARA CHINA DE LA MONEDA
China es la otra cara de la moneda, pues en pleno año de la Gran Crisis, con una economía, considerada en aquel entonces como emergente, organizó unos Juegos Olímpicos que se recuerdan por sus espectaculares recintos como el Estadio “Nido del Pájaro” o El Cubo de Agua, sede de las competencias de natación y clavados.
El gobierno de la República Popular recibió más de25 mil millones de dólares de inversiones para organizar los Juegos, además de inyectar 12 mdd para mejorar la red de transporte de Pekín, la ciudad que acogió la justa.
Según la BBC, el país ha experimentado desde entonces un crecimiento económico que ha llegado alcanzar hasta el 9% anual y, el año pasado, con todo y pandemia, registró un 2.3% de incremento.
REINO UNIDO
Un efecto similar vivió el Reino Unido con la organización de los juegos Olímpicos de Londres 2012, pues hacia el tercer trimestre de ese año, la economía había avanzado 1%, después de que en los meses previos había retrocedido entre el 0.3 y 0.4%
Organizar los Juegos Olímpicos no es tarea fácil, inclusive, en 2017, para designar la edición de 2024, el Comité Olímpico Internacional (COI) sólo recibió dos candidaturas serias y con solvencia económica: París y Los Ángeles.
Ante la falta de más ciudades interesadas y predicciones de futuras crisis financieras (las cuales se cumplen hoy en día a raíz de la pandemia), el COI decidió darle a cada ciudad la organización de las próximas dos justas:
