La fábrica del pueblo bueno

Gerson Gómez DETONA: Los abstencionistas, quienes van contra toda medida del gobierno democrático y receloso, hicieron ya todas las medias necesarias para evitar la participación.

Pensaron con ingenuidad si la baja votación puede ser factor de revocación del ejercicio, eso ya no pasará, no le quitará legitimidad a quienes resulten beneficiados.

Mientras en la republica de la Argentina es obligatorio el voto libre y soberano, en nuestro México tan herido y tan próximo a los Estados Unidos de América, votar o no, solo va al cargo de conciencia.

Nadie en la noche del domingo 1 de julio podría proclamarse en victoria, debemos esperar 10 días para el casi imposible conteo, participamos al ave María, dame puntería para elegir al menos peor.

Así lo hemos hecho desde la mayoría de edad, la fábrica del pueblo bueno debe ser sabio, lo suponemos, irá por el bien común, desconocemos el significado de esa premisa.

El INE por primera ocasión tratará de cuantificar, validar, entender, cada uno de los valores en las boletas, sin duda, también los inconformes pondrán mensajes de todo los colores y sabores.

Le tundirán a la presidente y también a Andrés Manuel, ninguno de los dos está en las papeletas.

La prueba de fuego es entender las posibilidades de un país altamente polarizado, en concreto entre los centros urbanos y las zonas urbanas.

Los becarios de toda clase de beca federal, estatal y local. Agradecidos millones, canónicos una minoría, acostumbrados a las comodidades de la vida caótica, donde quien no tranza no avanza.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.