La nueva política exterior entre EUA y China
La invasión de Rusia a Ucrania ha derivado en ajustes y efectos multilaterales, que van desde la dinámica comercial, hasta la relación y manejo de la diplomacia.
No se tiene aún un panorama claro del desenlace.
Por lo pronto, las potencias globales continúan sus planes y estrategias en el resto del mundo. Por ejemplo, EUA será anfitrión en Washington, de la reunión de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático, que incluye a Singapur, Filipinas, Indonesia, Malasia, Camboya, Tailandia, Myanmar, Vietnam, Brunei, y Laos.
EUA ha declarado anteriormente su interés, junto con el de otros aliados, como Gran Bretaña, en incrementar su presencia en dicha zona, la cual es cercana a China, país que considera dicha región como propia y que además ejerce una significativa influencia.
Mientras el conflicto de Rusia y Ucrania continúa, analistas estiman que EUA seguirá involucrándose aún más, lo cual limita su atención al Sureste Asiático y continúa incrementando la animadversión hacia Rusia, que hoy por hoy sigue siendo uno de los aliados más cercanos de China.
Mi análisis y prospectiva:
Previo a dicho conflicto, EUA consideraba ya a China y Rusia como países que le representaban un riesgo, ya sea en aspectos militares, o como adversarios políticos en cuanto a la continuidad y alcance de su hegemonía.
El panorama geopolítico nos revela un nuevo posicionamiento entre potencias. La relación entre EUA y Rusia es ahora más distante e inclusive con cierto nivel de encono.
La cercanía entre China y Rusia no ha sufrido aún algún desgaste que represente una separación, y cada vez es menos probable que China se pronuncie recriminando a Rusia.
Potencias europeas reprueban la actuación de Rusia pero mantienen una comunicación y activismo moderado que evite una mayor ruptura.
La pregunta ahora es cómo se llevará a cabo la relación diplomática, resolución de diferencias, y competencia por el poder entre EUA y China.
Existe una baja probabilidad de cambios, pronunciamientos, o acciones radicales en el corto plazo por parte de sus Presidentes, Joe Biden, y Xi Jinping, a menos que alguno de los dos considere que atacar al otro, se traduce en un beneficio político inmediato y sustancial.
Ambos esperarán primero a superar los retos de sus respectivos periodos electorales, es decir, las elecciones intermedias de EUA, y la reelección presidencial en China.
Es de esperarse que ambos países intercambien críticas y culpabilidad por causar inflación a nivel global, provocar bajos o limitados crecimientos de sus países, e inclusive por dificultar una definitiva resolución en el conflicto de Rusia y Ucrania.
Alta probabilidad que ambas naciones comiencen su nueva relación bajo una política exterior más agresiva, con el objetivo de superar los logros de su competidor en todos los aspectos: económico, militar, y de hegemonía política.