La voluntad de lo repetido

Gerson Gómez DETONA: Sorprendidos en la carretera de la información. Nadie nos para, ni las señales de velocidad.

Soñamos con trascender. De pisar sobre tierra firme. Legado es la palabra. Nuestras huellas de vida. Desde la infancia a la madurez. Futbolista trastocado por lesiones nada graves. Al periodismo llegamos por la puerta 13 de los años.

Nuestro primer texto. La aportación sobre los productos contaminados de CONASUPO. Jovencito dice el quehacer de la leche radioactiva.

Por el otro lado. En la portada, la de ocho. PEMEX con Díaz Serrano en la prisión. Desde siempre la riqueza inexplicable. El régimen premia y también castiga.

Graduados en la estancia prolongada del Bachillerato. El extravío nos condujo a la fuente de la sabiduría. A la UANL le debemos la formación profesional. La cristalización del periodismo en el frente de batalla.

La guerra interna como avenida de alta velocidad. Sorprendidos en la carretera de la información. Nadie nos para, ni las señales de velocidad.

Pasamos del cuadratín en la mesa de redacción a la supercomputadora. Culturales, espectáculos y el artículo de opinión. Las lecturas densas de Monsiváis, Fuentes, Paz y Susan Sontang. Los evangelios sinópticos. San Juan es el mejor futurista y comendador de los actos de fe.

Los años nos han cernido el rostro juvenil. Al aparecer las canas llegaron las cuarteaduras de los desvelos. Bohemios de la existencia al límite.

Nunca hemos sido alquilados. La pluma del heterodoxo. A la luna le endechamos nuestras tristezas. Las lágrimas de las diatribas descompuestas.

Algunos soñaron con ser astronautas, médicos y grandes oradores. La mayoría, los claudicantes, de enriquecerse con negocios ilícitos. Los más perversos, con lastimar a México.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.