Menús de degustación para primerizos: cómo vivir la experiencia sin miedo
“¿Y si no entiendo los platos?”, “¿tengo que ir muy formal?”, “¿me voy a quedar con hambre?”.
Spoiler: no.
Y vale totalmente la pena.
Aquí te comparto lo esencial para animarte a vivir una experiencia gastronómica memorable… sin miedo y sin quedarte con hambre.
Primero: ¿Qué es un menú de degustación?
Un menú de degustación es una secuencia de platillos (generalmente de 5 a 10 tiempos) pensada para que conozcas lo mejor de la cocina del chef.
Es como una playlist cuidadosamente curada: empieza suave, te lleva por varias emociones, y termina en alto.
No vas a pedir a la carta.
Te dejas llevar.
¿Y el maridaje?
Algunos menús ofrecen pairing opcional.
Esto significa que cada tiempo vendrá acompañado de una copa de vino, cerveza artesanal o incluso cocteles, pensados para realzar cada plato.
No es obligatorio, pero si eres curioso o te gusta el vino, es un sí rotundo.
¿Me voy a quedar con hambre?
Difícilmente.
Aunque los tiempos son pequeños, la cantidad total suele ser generosa y balanceada.
Vas a salir satisfecho, no empachado.
Pro tip: no llegues con demasiada hambre ni comas antes “por si acaso”.
¿Dónde vivir esta experiencia en Monterrey?
Si estás listo para animarte, aquí van cuatro lugares donde vas a quedar sorprendido:
- Sibau – Cocina elegante, producto local, técnicas modernas. Ideal para una primera vez.
- Tatemate – Inspiración prehispánica, fuegos abiertos, ingredientes ancestrales. Toda una experiencia sensorial.
- Koli Cocina de Origen – Experiencia narrativa, todo gira en torno al noreste mexicano. Inolvidable.
- Pangea – Un clásico de clásicos. Innovación constante y un servicio impecable.
Tips finales para disfrutarlo al máximo:
- Ve con la mente abierta. No todo lo que vas a comer es “común”. Y eso está bien.
- No necesitas ir de etiqueta, pero sí arréglate. Parte de la experiencia es el ambiente.
- Pregunta. Los meseros están para guiarte. No hay preguntas tontas.
- Disfruta sin prisa. Esto es para saborear, no para correr.
¿Vale la pena?
Sí.
Si te gusta comer, si disfrutas de los detalles y quieres conocer nuevas formas de vivir la gastronomía, un menú de degustación es mucho más que una cena: es una historia servida en varios capítulos.
Conocer, es no excederse.