Siete Puntos

¿Nada más poquito?

Robar, plagiar, siempre será una estafa… aunque sea nada más poquito.
1.

En el ya lejano 2014, el entonces candidato a reelegirse en la alcaldía de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez Villanueva, declaró en campaña que sí, que había robado en su anterior gestión, pero nada más poquito.

“Le di una rasuradita al ayuntamiento, porque está bien pobre”, declaró el pintoresco Layín, por cierto, del PAN en su primer mandato -después compitió y ganó como independiente-.

En aquel entonces nos preguntamos qué hubiera pasado si el funcionario fuera presidente de un municipio más rico: ¿habría robado más?
2.

Alejandro Romero, abogado de Yasmín Esquivel Mossa -querellada por un nuevo plagio, ahora de la tesis doctoral- defendió a su cliente con argumentos semejantes a los utilizados por Layín: sostuvo que técnicamente el plagio implica publicar una obra completa a nombre de otra persona, y la ministra “sólo” copió 209 páginas de las 456 que aparecen en ¿su? trabajo.

Añadió Romero que estamos ante omisiones, descuidos, errores de redacción, deficiencias, que no pueden empañar la brillante trayectoria de la hoy acusada.

3.

La confesión del nayarita no le impidió volver a gobernar San Blas, ahora del 2014 al 2017. Por el contrario. Su fama se extendió como alguien simpático y generoso -organizaba festejos populares con los Tigres del Norte- pero terminó condenado a dos años de prisión no por ese ya famoso dicho, sino por ejercicio indebido de funciones, cohecho, abuso de autoridad y daño a la hacienda pública -vendió un terreno público y el dinero no ingresó al ayuntamiento: 36 millones de pesos-.

Resulta que, entonces, no fue tan poquito lo que robó.

4.

La ministra, en cambio, ha disfrutado de una suerte de fuero presidencial.

Es bien sabido que goza del beneplácito lópezobradorista, y mientras la Universidad Anáhuac declaró que no puede retirarle su título de doctora, la UNAM sigue deshojando la margarita para ver qué se hace con su título de licenciada.

El hecho, que debería analizarse sólo desde la perspectiva académica, ha recibido una gran dosis de politización, por el papel que ella juega en la Suprema Corte de Justicia, cada vez más invocada a causa de las graves decisiones que debe tomar.

5.

Ambos casos ofrecen una similitud: son poquiteros, según sus protagonistas, por lo que merecen comprensión y perdón, a causa de esa atenuante.

El exalcalde no robó mucho, la actual funcionaria no copió en exceso.

Y los dos también se justifican minimizando su falta. Sería espinoso si, en el primer caso, se hubiera sustraído una cantidad mayor del erario nayarita; en lo referente a la tesis, la gravedad consistiría si en vez de 209 páginas fueran… ¿300?... ¿400?... ¿todo el trabajo, como en el supuesto plagio de la licenciatura? 

6.

Pues no. Es cierto que hay diferencia entre robar un peso y un millón: pero los dos son robos.

Quien copia un párrafo no se compara con quien lo hace en todo un libro: pero ambos son plagios.

Necesitamos revalorar a la ética como la disciplina que debe regular la vida política de nuestro país. No podemos acostumbrarnos a justificar el quebrantamiento de leyes y normatividades que buscan brindar honestidad a la función pública, hacerla digna. Robar, plagiar, siempre será una estafa… aunque sea nada más poquito.

7.

Cierre ciclónico.

Perdida en páginas interiores de un diario local, apareció el pasado martes una nota que debería preocuparnos:

“Ya no operan 49 bibliotecas municipales”, dice el encabezado.

La mayoría están situadas en las zonas marginadas del Estado, y servían para que especialmente los niños acudieran a leer, en un espacio privilegiado. Inevitable surge la pregunta, y sin ánimo de cuestionar inversiones: ¿en el futuro inmediato veremos más autos eléctricos transitar por nuestras calles, pero con nuestros niveles de lectura por los suelos?

Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).