Depredador: Tierras Salvajes (Predator: Badlands/ EUA, 2025)
Depredador: Tierras Salvajes es un giro bastante interesante a la mitología del Depredador que vimos por primera vez en 1987 y que muchas películas subsiguientes optaron por quedarse anclados en el tema del cazador tras la presa.
Esta nueva película es realizada por el mismo equipo que nos trajo Depredador: Presa (2022), que fue exhibida en streaming y que siguió al pie de la letra la receta de cocina del extraterrestre enfrentando a su par, en esa instancia, una india nativa del continente americano.
Ahora el realizador Dan Trachtenberg junto con su guionista Jim Thomas se centran en Dek (Dimitrius Schuster-Koloamatangi), joven depredador que es “imperfecto y débil” por ende condenado a ser sacrificado por su propia familia.
Huye al planeta de la muerte, Genna, en busca del Kalisk, la criatura que no puede ser cazada para probar que está a la altura de cualquiera de su raza del planeta Yautja.
Me gustó el enfoque del filme, me gustó como el director Trachtenberg se sale del cuadro de todo lo que hemos conocido del universo de Depredador para fincar un interesante apartado en toda la mitología que le hemos conocido.
De paso se distancia de muchas avenidas y caminos que hemos visto en tantos filmes ya a casi 40 años del primero para probablemente instalarse en un universo a seguir.
Desde que se da nombre oficial al planeta base de la raza de depredadores, Yautja haciendo honor al “fanlore” de la franquicia y bautizado como tal en el 2018.
Que el personaje tenga un nombre y exhibir cómo están estructurados en el universo que presenta el guionista Thomas en su trama.
No sólo eso, sino un idioma para comunicarse y conocemos igual que hay una familia o clan en la que están organizados y en el cierre, una sorpresa relativa a este tema.
Y para seguir lo que se ha planteado en Alien Vs. Depredador (2004), estamos en un universo donde la omnipresente Compañía Weylan-Yutani existe y está haciendo de las suyas en el planeta Genna y como se vio en la serie de streaming Alien Earth, la caza de especies alienígenas continúa, ahora con un destacamento de “sintéticos”, androides dedicados a ese trabajo.
La presencia de Elle Fanning como la sintética Thia y en doble rol como Tessa y es Thia la que establece lo imposible, una amistad, si se le puede llamar así, con un depredador.
Me gustó el recorrido del filme, del depredador llevado a elementos básicos, por necesidad y desesperación improvisando para sobrevivir y salir adelante con su imposible misión en un planeta totalmente despiadado con los desprevenidos, donde la cadena alimenticia es totalmente desordenada y salvaje.
Mientras tanto el joven depredador tiene que enfrentar a todo el planeta y a la vez tiene que enfrentar a Thessa y a los sintéticos que tienen órdenes de Madre, la omnipresente computadora, de llevar tanto al imparable Kalisk como Dek a la Tierra para ser analizados.
Muy buena la relación Thia y Dek, forzada por igual para satisfacer las necesidades en común y montada literal como un peso en las espaldas del depredador, sacado directamente por el director Trachtenberg de Star Wars: El Imperio Contraataca con Chewbacca cargando en su espalda a C3PO.
Eso y que igual, literal, estamos viendo una relación clásica de pareja dispareja muy apegada a la fórmula de Abbot y Costello, con el primero un total refunfuñón y el segundo haciendo de todo para volver loco a su compañero.
El resto en la película que vuela a pesar de que dura una hora 47 minutos cortesía de una vertiginosa edición, es cómo hay que rebelarse a lo establecido e imponer las reglas de uno mismo.
La película tal cual no tiene final final, pero en el cierre da una sorpresa, una ampliación al universo de Depredador que nunca se había considerado por nadie.