Perros detectan el COVID-19 en el olor de los contagiados.
Desde ésta semana, a los pasajeros que llegan al aeropuerto de Helsinki-Vantaa -en la capital finlandesa- no los reciben en éstos pandémicos días, los clásicos sanitarios de bata blanca equipados con cubre bocas y el detector de temperatura.
Su lugar es ocupado por perros adiestrados para detectar a las personas contagiadas por el bicho.
Según reportes de agencias de salud de ese país, España y otros, esa brigada canina está logrando mejores resultados que las verificaciones convencionales.
En los pocos días que tienen de haber entrado en acción, reportan una eficiencia cercana al 100%. Y todo, gracias a su olfato.
El sudor no transmite el COVID-19, pero sí altera el olor. “El virus no huele, pero cuando invade el cuerpo, éste reacciona y provoca olores peculiares que quedan impregnados en el sudor, la orina e incluso la saliva de las personas, y por consecuencia, están presentes en su ropa, por eso, hemos escogido el olor, pues es inerte”, dice Josep Peris, que comanda desde hace cinco meses una “brigada” de 400 perros, que en una primera fase están siendo entrenados para detectar los casos.
Hasta ahora, los canes son empleados en aeropuertos y espacios hasta cierto punto reducidos y el responsable de dicho proyecto está seguro de que en lugares abiertos serían igualmente efectivos.
De hecho, el aeropuerto Vantaa es una evidencia de que dicha estrategia funciona más que los controles habituales que se aplican en el resto del mundo.
El proyecto español se llama “K-anary” y su coordinador explica que si un perro patrullase por las calles y pasara al lado de algún contagiado, primero sentiría curiosidad por esa persona y terminaría sentándose delante de ella.
“Los perros fallan menos que los PCR (siglas en inglés de “Reacción en Cadena de la Polimersa”, pruebas de diagnóstico que se utilizan con el COVID-19 pero que son empleadas desde hace 17 años en diferentes crisis de salud pública relacionadas con enfermedades infecciosas), son más inmediatos… y baratos”, sostiene Peris.
