¿Qué debes saber este 1 de septiembre sobre el legislativo federal, el Poder Judicial y el Congreso de NL?
Vayamos por orden, de lo local a lo federal.
Hoy arranca el segundo año de actividad legislativa en Nuevo León, el coordinador de la bancada del PAN en el Congreso local, Carlos de la Fuente, me reconoció antier, en una charla que sostuve con él, que, si bien el gobernador Samuel García no asistirá a la sesión solemne de inicio de sesiones.
Los acuerdos y consensos con el secretario de Gobierno, Miguel Flores, fluyen bastante bien; que Miguel cumple acuerdos, honra su palabra y que, por tanto, también hay química con la coordinadora parlamentaria local de Movimiento Ciudadano, Sandra Pámanes.
Eso opina Chale.
¿Se aprobará con normalidad el paquete de egresos para el 2026? Te doy la primicia: sí.
Me confió De la Fuente algunos temas sobre la agenda legislativa, pero off the record.
Sí ventilo que el pasado fin de semana se eligió a la diputada local Itzel Castillo — no confundir, lector, con la senadora morenista del mismo nombre que presidirá la Cámara alta— convalidada por todos los legisladores panistas como nueva presidenta del Congreso local. Su trayectoria, si bien es de perfil bajo, no es desconocida: ha sido diputada cinco veces.
Además, se debatirán iniciativas candentes como la reforma judicial local y la ley electoral. ¿Muchos fierros en la lumbre? Quizá.
¿Por qué no asistirá el gobernar Samuel García al arranque de sesiones del Congreso local? Porque es uno de los invitados especiales al Primer Informe de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, en el patio central del Palacio Nacional. Son 300 los convocados.
Otras dos primicias: es falso que asistirá al informe de Sheinbaum el expresidente Andrés Manuel López Obrador, como han deslizado algunos medios despistados.
La segunda primicia: es falso que sea trascendente la venida a México del senador republicano Ted Cruz, quien ha amagado con enviar marines a México.
Las relaciones del titular del Departamento de Estado, Marco Rubio, y en especial la del vicepresidente JD Vance con el senador Cruz, pasan por una zona de fuertes turbulencias, al grado de una virtual grieta del senador texano con los dos funcionarios más cercanos al presidente Trump.
Además, la degradante exhibida que le dio a Cruz, en reciente entrevista, el periodista Tucker Carlson es de antología. Lo dejó como ignorante de quinta, como fusible quemado.
De manera que el encuentro que celebrarán Marco Rubio y Sheinbaum el próximo miércoles 3 de septiembre en Palacio Nacional —donde el gobierno mexicano espera que se firme un acuerdo de seguridad bilateral (yo no creo que cumpla este deseo)— no está correlacionado con la visita rocambolesca del pintoresco Ted Cruz, cuya agenda es personal, no institucional.
¿Y qué podemos esperar de la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo, que a partir de hoy toma protesta para ese cargo durante el segundo año de ejercicio de la 56 legislatura? Más moderación que el bipolar y antipolítico comportamiento de Gerardo Fernández Noroña —protagonista pícaro de trifulcas surrealistas—.
Una relación más estrecha con la presidenta Sheinbaum y con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez; y la doble mano izquierda tanto para tratar con respeto a opositores como parar mantener sus convicciones políticas, aprendidas de su padre, Heberto Castillo.
De hecho, no puedo dejar pasar la evocación de esa toma de manos, allá por los años 90, entre Heberto Castillo y el otro legendario político, Luis H. Álvarez, en la casa-museo de Belisario Domínguez.
Fui testigo presencial de que la rivalidad entre dos grandes no obsta para expresarse afecto mutuo. Las lágrimas en honor del héroe victimado, que le rindieron tanto Castillo como Luis H. Álvarez en aquel día memorable, quedan como ejemplo histórico de humanitarismo y democracia. Dos gigantes llorando por la memoria de otro gigante.
Finalmente, habrá que mencionar la toma de protesta de los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). ¿Conclusión de una narrativa que define una nueva época? no, ni mucho menos.
El futuro en la SCJN es un signo de interrogación. Corremos el velo del Poder Judicial y entramos en un terreno minado, de alto riesgo. Quien diga que sabe lo que pasa en los sótanos del máximo tribunal de México, miente. Esta incertidumbre en los episodios oscuros de dicho poder ya cobra rasgos crónicos.
Me ofrecen una entrevista con el flamante presidente de la SCJN, el ministro Hugo Aguilar Ortiz. Ya se la ofrecieron a mi amigo Hernán Gómez Bruera, y la resolvió muy bien.
Pero a mí me saldrá mejor, porque, parafraseando a Aristóteles, soy más amigo de la verdad que de Hernán. Eso sí, prometo una charla sin concesiones ni temas tabúes porque el Poder Judicial debe resetearse más allá del canje de nombres.
El viejo y sabio Peter Gabriel tiene una canción titulada “The court” (“El tribunal”), parte de su álbum i/o de 2023, una indiscutible obra maestra.
Canta Gabriel: “levantas tu mano / haces tu oferta (…) en el mercado todas nuestras vidas están en venta / perdimos la línea entre lo cuerdo y lo
loco / y el tribunal se levantará / mientras todas las columnas caen”.