¿Quiénes son los seres más importantes de NL que menciona Héctor García?
La mayoría respaldan mi opinión, aunque otros usuarios de redes sociales llegan incluso a insultarme.
Varios me cuestionan qué pasaría si dicho hospital infantil se construyera a un lado de mi casa.
¿Les digo honestamente lo que pasaría?
Para mí sería un gran honor y estaría siempre dispuesto a colaborar en la medida de mis posibilidades.
¿Por qué?
Simple: saber que, muy cerca de donde duermo, profesionales de la medicina luchan denodadamente, con todas sus fuerzas, por restablecer la salud de un niño o niña, sería para mí un orgullo incomparable, porque la vida de un menor de edad es sagrada.
Ayer mismo, el alcalde de Guadalupe, Héctor García, me comentó que hará todas las obras necesarias, junto con el Gobierno del Estado, para que pueda realizarse lo más pronto posible ese gran proyecto.
Al margen de la política, Héctor García muestra de manera incondicional su vocación de servicio, sobre todo porque me lo dijo en privado, no para que lo hiciera público.
La enseñanza que nos deja todo este proceso estriba en que no todos los que protestan en contra de una obra pública, tienen forzosamente la razón.
A veces es al contrario.
Manifestarse en contra de una avenida, de un hospital infantil o un viaducto puede ser un grave error, a pesar de que los protestantes tengan la mejor de las intenciones.
Y no menciono a los activistas asalariados, mandados al gusto de sus clientes para oponerse a cualquier proyecto público que no le convenga a sus mecenas.
Al diablo con ellos.
Mejor busquen otra forma de ganarse unos pesos.
La vida en Guadalupe, Nuevo León, cambiará para bien después de que se inaugure este “Distrito Infantil” que integra Capullos Renace, Villa Bebés, la Procuraduría de Niños y Niñas, y los demás espacios recreativos.
Bien por las autoridades públicas estatales y de Guadalupe, que, de muy buena fe y con el corazón en la mano, harán que muchos menores de edad, destinados a vivir una infancia triste gocen de estas instalaciones de primer mundo.
La sonrisa de un niño bien vale cualquier sacrificio.