Respira hondo
Los nuevoleoneses están celebrando con bombo y platillo que el uso del cubrebocas pase a ser discrecional en la mayoría de los sitios cerrados.
A partir de este domingo 24 de abril a las 00:00 horas su uso será obligatorio solamente en escuelas, guarderías, hospitales, farmacias, iglesias, transporte público, asilos y aeropuertos, así lo dio a conocer este jueves, Samuel García, Gobernador del Estado de Nuevo León.
Lo bueno y lo malo.
Lo bueno es que estamos en semáforo verde porque se contuvo la pandemia. Aplausos.
Lo malo es que el aire está envenenado y no existe ningún semáforo confiable que advierta la peligrosidad atmosférica en el día a día.
Los pulmones requieren diariamente como 10 mil litros diarios de aire.
En un año, son 3 millones 650 mil litros de aire pernicioso que entra y sale del cuerpo, sin darnos cuenta.
EL DAÑO EN DATOS
Al realizar más de 21 mil respiraciones diariamente para asimilar el oxígeno y expulsar el dióxido de carbono, se queda en el organismo una dosis de imperceptibles partículas de humo de motores diésel, metales, nitratos, sulfatos y azufre, entre otros polvos malsanos.
Si continuáramos utilizando el cubrebocas, el daño disminuiría. Porque a diferencia del Covid-19 y sus variantes, el aire envenenado no te mata en el corto plazo, sino que instala en tu cuerpo una bomba de tiempo que afectará, tarde que temprano, a los órganos más vulnerables.
Pese a que la Organización Mundial de la Salud estima que, anualmente, la contaminación atmosférica provoca 7 millones de muertes prematuras en todo el orbe, ningún médico señala directamente a la contaminación como causa de muerte.
¿Murió como consecuencia de la mala calidad del aire de Monterrey? ¡Claro que no!
Murió de neumonía, cáncer de pulmón, bronquitis crónica, cardiopatía isquémica, asma bronquial o problemas cerebrovasculares, entre otros males, sin mencionar el origen de dichas afecciones.
Nuevo León se encuentra frente a un grave problema de salud pública y tal parece que nadie quiere agarrar al toro por los cuernos.
Mientras alguien se atreve a agarrar a esos toros que se mandan solos, lo mejor es cuidarnos y usar el cubrebocas.
El área metropolitana de Monterrey tiene el aire más mortífero de América Latina.
Respira hondo… No lo sientes, pero son toxinas las que están entrando a tus pulmones.
