Siete Puntos

¿Revolucionarios?

Padre Paco DETONA® Pude ver, gracias al asueto de este pasado lunes, la película One battle after another (Una batalla tras otra). No la voy a “spoilear” para que usted la pueda admirar.
https://vimeo.com/1091444957
1.

Manohla Dargis, del The New York Times en Español, dice del film “… un emocionante, ridículo y mortalmente serio no en pantalla grande: un no a la complacencia, a la opresión y a la tiranía. Es una epopeya carnavalesca sobre el bien y el mal, la violencia y el poder, los derechos inalienables y la lucha contra la injusticia”.

Yo afirmo que es la historia sobre un legado revolucionario transmitido de madre a hija.

2.

Y me puso a pensar hoy, que celebramos nuestra revolución, ¿qué tan revolucionarios somos los mexicanos?

Y es que el film plantea, para mí, si los deseos de transformación radical son genéticos o culturalmente asumidos, porque hay quienes buscan los cambios estructurales ya que llevan en lasangre tal impulso, como la hija, y otros al igual que el papá -un histriónico Leonardo di Caprio-, se clavan el aguijón por causas ideológicas.

En México, entonces: ¿la revolución es un paradigma que nos acompaña toda la vida,como un estigma, o un mero dato histórico?

3.

El juicio antropológico no nos ayuda, pues somos considerados, al igual que casi todos los pueblos de América Latina, una nación sumisa, agachona, plegada a las directrices de potencias imperiales como España en su momento y los EUA en la actualidad.

Nuestra selección de futbol, por ejemplo, se achica ante los equipos grandotes, y no en balde se les ha llamado a los jugadores “ratoncitos verdes”.

Además, es proverbial nuestra cortesía y diplomacia cultural, acentuada por jerarquías sociales muy marcadas, que incentivaron la obediencia de las más débiles.

4.

La historia, sin embargo, nos narra eventos que, si bien magnificados y llenos de imprecisiones en sus fechas, muestran una notable insumisión:

  • Independencia (1810)
  • Reforma (1857)
  • Revolución (1910)
  • Movimiento estudiantil (1968)

Alternancias gubernamentales desde principios de siglo, y las recientes marchas de distintas banderas y causas enseñan que somos capaces de salir a las calles para protestar o apoyar, para resistir o construir.

La supuesta docilidad mexicana sería solo un estereotipo, conveniente para quienes detentan el poder y buscan mantenerse en él.

5.

Pero la pregunta permanece: ¿llevamos el espíritu insurrecto en nuestros genes o se ha formado por sucesivos acontecimientos?

Las manifestaciones del pasado sábado, en especial la que se llevó a cabo en CdMx, han sido objeto de diferentes narrativas y explicaciones, pero es incontestable que, jóvenes de la generación Z o adultos mayores, miles de personas dejaron sus casas, tomaron calles y plazas, arriesgaron el pellejo, para protestar por la inseguridad reinante en todo el país.

No me parece que todas ellas sean resignadas y se dejan someter con facilidad.

6.

Pero para ser revolucionario no es necesario tomar las armas.

Hay revoluciones de terciopelo, tecnológicas, espirituales -recordemos a Francisco de Asís-, culturales, etc., que han logrado profundas transformaciones estructurales.

Respondiendo a la pregunta inicial, creo que todos llevamos en nuestro interior la sensibilidad social y la voluntad participativa, bases de cualquier revolución, que nos llevan a indignarnos frente a las injusticias y a buscar una solución a ese flagelo.

Con frecuencia tales nobles actitudes están dormidas.

Hay que despertarlas.

7. Cierre icónico.

En algunas instituciones se busca tener contento al jefe.

El equipo de trabajo sabe que, de molestarse, habrá consecuencias negativas para la atmósfera laboral, y es capaz hasta de perder la dignidad con tal de plegarse a las ocurrencias del que manda, pero no liderea.

Donald Trump ha dicho que “no está contento” con México, en uno más de sus desplantes llenos de arrogancia y berrinches.

Ojalá nuestras autoridades no caigan en esa nueva provocación, de quien se siente con derecho a ser complacido ante cualquier mínimo capricho.
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
https://vimeo.com/1015118818
Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) exVicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).