AMLO: ¿el último discurso?

Rogelio Ríos Herrán escribe: Para cuando llegue el 18 de marzo del 2024, a pocos meses de la elección general, López Obrador competirá contra su propio elegido y perderá inevitablemente la guerra por la opinión pública.

Desperdició el presidente López Obrador una hermosa tarde del sábado 18 de marzo en el Zócalo de la CDMX, en ese entretiempo muy agradable que de vez en cuando le regala la Capital a sus sufridos habitantes, para dar lo que hubiera sido quizá el mejor de sus discursos posibles y, en su lugar, nos ofreció uno al que le daría tres estrellas de cinco, siendo generoso.

Me explico.

Del total empleado en su mensaje, un hora y tres minutos, lo destacable lo dijo en los primeros 40 minutos con una larga perorata de escritorio sobre el presidente Lázaro Cárdenas, llena de lugares comunes y de clichés del historicismo izquierdista que reduce todo a dos bandos en una lucha de clases interminable:

los ricos y los pobres, conservadores y progresistas, etcétera

El resto del discurso lo dedicó a un somero balance de sus logros de gobierno y a despotricar, en los cinco minutos finales, en contra de los legisladores republicanos que desde el Congreso estadounidense hacen a AMLO el blanco de sus misiles políticos: el viejo peleador mexicano se replegó contra las cuerdas y les contestó con mentadas de madre (su equivalente retórico).

Para decirlo pronto, le faltó mucho  “punch” al orador y se vio escaso ánimo entre la multitud.

Nada que ver con otras legendarias reuniones a plaza llena de un López Obrador otrora opositor, crítico implacable del neoliberalismo y campeón de las causas sociales.

Podrás llenar el Zócalo con recursos públicos, pero no comprar el ingrediente fundamental: el entusiasmo surgido de la convicción profunda en una idea o un líder.

¿Por qué lo del último discurso?

El aniversario de la Expropiación Petrolera es la fecha más relevante del santoral político mexicano para dar un mensaje contundente sobre el rumbo y los objetivos de gobierno.

Ni el Grito de Independencia proporciona esa plataforma política ideal que es la figura de Cárdenas como símbolo de la justicia social.

Para el 18 de marzo del 2024, AMLO estará más bien en su “18 Brumario”.

Yo demuestro cómo la lucha de clases creó en Francia las circunstancias y las condiciones que permitieron a un personaje mediocre y grotesco representar el papel de héroe.

A partir de pocos meses, la escena política será dominada por la designación del candidato oficial de AMLO, la irá robando la atención de su adorado “pueblo” y su poder centralizado.

Para cuando llegue el 18 de marzo del 2024, a pocos meses de la elección general, López Obrador competirá contra su propio elegido y perderá inevitablemente la guerra por la opinión pública.

Por eso creo que desperdició la tarde espléndida y la plaza llena al no fijar un mensaje claro por la estabilidad política de México y, en su lugar, ofreció una repetición de sus ideales políticos, una loa exagerada a Lázaro Cárdenas y el espectáculo de su fatiga física y mental evidente (muchos traspiés verbales) a los ojos de cualquiera.

Les comparto en una nuez lo que podría ser su testamento político, metafóricamente hablando:

  1. “Que se oiga claro, que se oiga fuerte: la política no sólo es racionalidad, necesita de mística y de convicciones.”
  2. “Los procesos políticos son más complejos de lo que suponen los intelectuales racionalistas. En los procesos políticos intervienen también factores como la suerte, la genialidad de los dirigentes y los sentimientos del pueblo.”
  3. “Cárdenas profesaba un sincero y profundo amor al pueblo: ‘acabar con la miseria que sufren las gentes está por encima de todos los intereses´”.
  4.  “Para los jóvenes que quieren dedicarse al noble oficio de la política lo principal es el amor al pueblo.”
  5. “La política, entre otras cosas es el manejo de los tiempos.”
  6. “La derecha históricamente siempre se reagrupa y se torna de plano intolerante y violenta cuando se trata de reivindicaciones sociales y del dominio de la nación.”
  7. “En 1940, hubo una elección violenta por la acción de la derecha. Después de Cárdenas se instaló la paz de las componendas y la corrupción.”
  8. “Sólo con el pueblo se puede realizar una transformación y enfrentar a los conservadores  que se oponen a perder privilegios. Nada de zigzaguear, sigamos adelante con nuestros principios, reafirmemos la decisión y el rumbo que hemos tomado desde que inició el gobierno.”
  9. “No a las medias tintas, no aceptaremos nunca que en México se imponga una minoría a costa de la humillación y el empobrecimiento de las mayorías.”

Por un momento pensé que a López Obrador se le saldría el grito “¡Arriba y Adelante!” aprendido en su juventud priista, pero se contuvo.

Si la política es “el manejo de los tiempos”, esa tarde perdió la última gran oportunidad de enviar un mensaje de reconciliación a los mexicanos.

Ya no va a cambiar la postura presidencial: tratará de conservar el poder a toda costa, algo a lo que ni Lázaro Cárdenas se atrevió.

Yo sólo espero que la elección del 2024 no sea una repetición de la de 1940: a los opositores almazanistas los cosieron a balazos desde el partido oficialista.

  • “Dichoso el humilde estado
  • del sabio que se retira
  • de aqueste mundo malvado
  • y con pobre mesa y casa
  • en el campo deleitoso
  • con solo Dios se compasa”.

- Fray Luis de León.

Rogelio Ríos Herrán

Egresado de la Licenciatura en Relaciones Internacionales por El Colegio de México (1981)  y desde 1994 se ligó a los medios de comunicación como comentarista y productor en Radio Nuevo León y la televisión pública y colaborador y columnista en periódicos en Nuevo León y Arizona y Georgia, en Estados Unidos. Durante más de 18 años se desempeñó como editor de opinión en el periódico El Norte (Grupo Reforma), en donde además durante 15 años fue un editorialista regular con análisis sobre coyuntura de política internacional, Estados Unidos y asuntos mexicanos. Desde 2019 y hasta 2021 colaboró en Grupo Visión de Atlanta, Georgia, y condujo el programa radial Un Café Con Atlanta.