Historias de opresión y libertad: Bulgákov
Confiscó su diario y el borrador Corazón de perro, una virulenta fábula sobre las pretensiones soviéticas de crear al hombre nuevo.
Bulgákov era ya un autor estelar en Moscú, donde sus obras se montaban con gran éxito y, por ello mismo, con creciente atención de la censura que lo había obligado, primero, a cambiar unas escenas, luego a cambiar de tema y finalmente a cambiar de profesión, pues los teatros fueron cerrados a la viveza mordaz de su arte, del que era espectador y censor el peor de los admiradores posibles: José Stalin.
Expulsado del teatro y de la vida literaria en los años veinte por el propio Stalin, Bulgákov siguió escribiendo hasta concluir una obra maestra, El maestro y Margarita, a la que siguió una muerte anónima y precoz, a los 49 años, por una dolencia de riñón.
Corazón de perro cuenta la historia de un trasplante de hipófisis que transforma en hombre a un perro, experimento que recuerda los mitos de Frankenstein y el Gólem, pero que bebe en las fuentes de la genética rusa de la época y la retórica oficial del hombre nuevo.
El hombre nuevo con corazón de perro que engendra el doctor Preobrazhensky resulta lo contrario del ideal buscado: un borracho en busca de confort más que de heroísmo, con un cerebro capaz sólo de lo elemental.
Por ejemplo: repetir las consignas de la clientela bolchevique que asedia con sus demandas inquilinarias la burguesa casa-consultorio del científico doctor Preobrazhensky.
Horrorizado del fruto de su experimento, el doctor intenta revertirlo, regresar el perro al perro, en una divertida e inesperada sugerencia de que es posible echar las cosas atrás en la ingeniería social del bolchevismo, visto que no ha de producir sino el engendro que ya había producido.
La obra de Bulgákov, sepultada por el estalinismo, no murió con él.
En 1973 se publicó por primera vez la novela de Bulgákov, El maestro y Margarita.
En 1986 Corazón de perro llenaba los teatros de Moscú y el público decía en voz alta los parlamentos de la obra.
En 1991, centenario de su nacimiento, Bulgákov era uno de los escritores más genuinamente populares de la URSS.