Áreas de oportunidad
1.
Entre los muchos cambios que se han reportado en la religiosidad de los jóvenes actuales, como su negativa al sacramento del matrimonio, su inasistencia a las misas dominicales, su desmemoria de las oraciones clásicas como el padre nuestro y el ave maría, destaca uno que se refiere al concepto de pecado.
Esta palabra ya no goza de simpatías entre ellos y, sobre todo, en los estudiosos de la teología actual,por el azote de la culpa que trae consigo, y ha sido sustituida por vocablos menos lacerantes:
Errores, faltas, descuidos y, en especial, áreas-de-oportunidad.
2.
La expresión cuenta con un gran respaldo en los consultores externos de las empresas, en los departamentos de talento humano, en los cursos motivacionales, en los proyectos de mejora continua, en la búsqueda de la calidad al momento de servir. Ella refleja, de manera propositiva, aspectos de una persona o institución que pueden ser mejorables, incluso perfectibles.
Se les observa con una mirada optimista, que enfatiza lo positivo sobre lo negativo, que anima en vez de desalentar.
Ya no estamos hablando, entonces, de defectos o máculas, sino de características que pueden ser aprovechadas.
3.
Esta óptica esconde una falacia, pues si alguien, por ejemplo, es violento y golpea a su pareja, no estaríamos ya ante un pecado de acuerdo al catecismo tradicional, ni siquiera frente a un delito desde la perspectiva penal. Esa agresión escondería una gran personalidad, intensa y emprededora, fogosa, que está mal controlada. Es como un vigoroso río que necesita ser encauzado. En esta óptica, llamar áreas de oportunidad a verdaderos errores o delitos favorecería el quitar o disminuir responsabilidad a quien se equivoca o delinque.
Creo que eso está pasando con los polémicos libros de texto de la 4T.
4.
No los he leído, y sólo he seguido los comentarios de especialistas que los alaban o los critican. Quienes los defienden sostienen que se trata de un trabajo arduo, preparado por expertos; que es un aprendizaje situado, multicultural, deconstructivo; evita las repeticiones, favorece el pensamiento crítico, y toda información se vincula a la realidad.
Los señalamientos van desde oscurantismo en su preparación, menosprecio por las matemáticas, énfasis en la sexualidad, y un sinfín de errores en la redacción y diagramas de los textos. De su acusación comunista ni me ocupo. Más allá de su evaluación…
5.
… resulta interesante lo señalado por Marx Arriaga, Director General de Materiales Educativos de la SEP, y el responsable de la obra, quien ha replicado los ataques, primero minimizando las fallas, unas 20 erratas, comparando su número con la cantidad de otras ediciones -en la gestión de Emilio Chauyffet fueron 107-, y acudiendo al concepto que analizamos: “no deben tomarse de manera negativa -los errores-, sino que representan áreas de oportunidad”, remató.
¿Quiere decir el funcionario que no sólo se corregirán los evidentes gazapos, sino que…
6.
… se aprovecharán esas fallas para implementar un golpe de timón y, reconociendo que el rumbo se puede cambiar, buscar nuevos derroteros y rutas para llegar a una educación verdaderamente respetuosa de los sujetos de la misma: niños, maestros, padres de familia? De acuerdo a lo mostrado por la 4T en casi cinco años parece difícil tal proceso de conversión.
Las referidas áreas de oportunidad, entonces, no se aprovecharán para mejorar, sino para justificar una nueva ideologización de los procesos educativos, así como se ha hecho en el pasado.
7.
Cierre icónico.
Menudo problema encuentra el gobernador en su retorno desde la India.
Además de la sequía, los calorones/apagones, y la inseguridad, le cantan las sirenas morenistas para faltar a su promesa de terminar su período y seguir los pasos de su antecesor: buscar la candidatura para la presidencia y, de lograrla, dividir el voto de la oposición.
Por si fueran pocos tales desafíos, aparecen en los comentados libros interpretaciones sobre el asesinato de Don Eugenio Garza Sada, que hieren lo más profundo a la ideosincracia regiomontana.