Balance 2023: Los saldos públicos

Alberto Martínez Romero DETONA: Realizar un balance del desempeño gubernamental del poder federal supone reconocer aciertos y yerros, el desempeño no es todo positivo o todo negativo, es necesario reconocer los matices.

Se acerca el cierre del año 2023, el actual gobierno federal concluye su quinto año de desempeño, al cierre de este año se antoja pertinente y necesario presentar algunos saldos del gobierno en función; lo anterior considerando que, 2024 será el año cuando se realice el proceso electoral más grande en la historia de este país, comprende la renovación de la titularidad del Poder Ejecutivo Federal.

Realizar un balance del desempeño gubernamental del poder federal supone reconocer aciertos y yerros, el desempeño no es todo positivo o todo negativo, es necesario reconocer los matices, si bien es cierto que, el actual gobierno elevó a nivel constitucional la política social (aportaciones económicas), también es cierto que las presiones financieras que supone dar cumplimiento a estas aportaciones generan obligaciones de gasto que amenazan la actividad y salud de nuestra economía.

En lo que se refiere a la inseguridad, si bien es cierto que el actual gobierno es el más violento en la historia de este país y presenta el mayor número de homicidios, secuestros, desapariciones y feminicidios, también es real que presenta una tendencia a la baja, pasado de un promedio de casi 100 muertes diarias en 2020 y 2021, a menos de 80 para los años 2022 y 2023, además de que hay un elevado número de municipios donde es el crimen organizado quien impone el “orden” y determina el ritmo de la vida pública.

Para el ejercicio 2023, los niveles de inflación cedieron de manera importante, no obstante, el incremento en la canasta básica ha sido notable, es cierto que ha aumentado el salario mínimo; sin embargo, encontramos desabasto de algunos artículos y un elevado precio en otros, como pueden ser el huevo y algunas frutas y verduras.

En lo que se refiere a educación, el actual gobierno emprendió una cirugía mayor al sistema educativo nacional, modificó libros de texto, presentó planes de estudio sin estar aprobados, los resultados de la prueba PISA, mostraron el preocupante escenario en que se encuentra la educación de los infantes, donde ha sido dejado de lado contenidos básicos fundamentales para la formación y el desarrollo económico de nuestro país.

En salud, el balance no es mejor.

El actual gobierno enfrentó una contingencia sanitaria mundial en medio de un proceso de desestructuración del sistema de salud, de re configuración de modelo de abasto de medicamento y de insuficiencia de capital humano y materiales necesario. Resultado de lo anterior, nuestro país presenta una cifra cercana a un millón de muertos por Covid 19 y la más alta tasa de muertes entre el personal trabajador del sector salud del mundo.

La gestión de la emergencia fue desastrosa, el número de muertes y la caída de la actividad económica dan testimonio de ello.

Por lo que corresponde a la vida pública, nuestro país enfrenta un proceso de desinstitucionalización, el estilo personal del presidente es vertical, es protagónico, no acepta crítica u oposición alguna, los embates contra el INE, la SCJN, el INAI, el IFT y COFEMER, todos ellos órganos autónomos que han resistido acciones del actual gobierno, enfrentan un reto mayúsculo y sobre todo, impone la necesidad de reconocer que más allá de los fallos que tengan estas instituciones, dichos órganos aseguraron una vida pública democrática, la cual permite el ejercicio de la libertad.

Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.