Opinión

Corrupción y Crecimiento: el experimento mexicano bajo el microscopio de Paolo Mauro

Arturo Cueto DETONA® Para cuando estas líneas circulen, ya se habrá anunciado el ganador —o ganadores— del Premio Nobel de Economía 2025.
https://vimeo.com/1091444957

Entre los economistas mencionados en quinielas académicas y hasta en casas de apuestas, figura el nombre del italiano Paolo Mauro, un investigador serio, de esos que no buscan aplausos en TikTok ni se suben a la tarima de un mitin para hablar de “humanismo”. 

Mauro, cuya carrera se ha desarrollado principalmente en Estados Unidos y en organismos como el Fondo Monetario Internacional, es autor del estudio clásico “Corruption and Growth” (Quarterly Journal of Economics, 1995). 

En él demuestra con datos fríos, ecuaciones y series de tiempo —esas cosas que espantan a los políticos que no leen— que la corrupción reduce la inversión privada y, por lo tanto, el crecimiento económico.

Lo interesante es que Mauro no hablaba de un país en particular: su análisis es transnacional, un mosaico de más de sesenta economías de todos los continentes. 

Y sin embargo, al leerlo desde México en estos tiempos, uno siente que la muestra se escribió pensando en nosotros, o más precisamente, en el México de la llamada Cuarta Transformación.

Cuando Andrés Manuel López Obrador llegó al poder en 2018, su gran proclama fue “Se acabó la corrupción… no somos iguales”. 

Y sí, hay que reconocerlo: no fueron iguales a los anteriores gobernantes… resultaron mucho peores

Porque si en los sexenios del pasado la corrupción era estructural, en los de la 4T y su “segundo piso” es ideológica, sistémica y auto justificada

Antes, los corruptos se escondían; ahora se presumen como mártires del pueblo bueno, pero pasan los fines de semana en sus fincas y se desplazan en vuelos privados.

Paolo Mauro demostró hace tres décadas que los países con altos niveles de corrupción sufren una caída significativa en su tasa de inversión privada —hasta cinco puntos porcentuales del PIB— y un crecimiento económico más lento, del orden de medio punto porcentual anual. 

Traducido al idioma nacional: cada peso que se roba un funcionario “transformador” es una escuela que no se construye, un hospital que no se equipa y un empleo que no se genera.

México, país de enormes recursos naturales, capital humano y financiero, infraestructura y ubicación privilegiada, podría crecer sostenidamente por encima del 5% anual. 

Pero no: aquí el talento se fuga, la inversión se ahuyenta y la economía se oxida al ritmo de los discursos mañaneros. 

El enfoque de Mauro permite entender por qué: la corrupción actúa como un impuesto invisible sobre la productividad, desincentiva la inversión y genera incertidumbre. 

En el caso mexicano, esa incertidumbre tiene nombre y apellido, micrófono y mañanera.

Hoy la corrupción brota por los poros de los mugrosos morenos que ocupan cargos públicos, tanto políticos como administrativos, disfrazada de programas sociales, contratos sin licitación y compadrazgos ideológicos. 

Ya no es una enfermedad endémica: es una pandemia institucionalizada, un virus que contagió a todo el aparato estatal bajo la bandera de la “honestidad valiente”.

Mauro, desde su escritorio en Washington, no pensaba en México al escribir su ecuación.

Pero si alguien aplicara hoy su modelo aquí, los resultados confirmarían su tesis con precisión quirúrgica:

  • A mayor corrupción, menor crecimiento.
  • A mayor demagogia, menor inversión.
  • A mayor 4T, menor futuro.
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526