Dirigir una empresa no es jugar SimCity: hay que gobernar, no solo controlar
Spoiler: eso no es gobernar. Eso es sobrevivir.
Gobernar una empresa no se trata de apagar fuegos o ser el que más grita en la junta.
Gobernar es tener un proyecto que trascienda al Excel del mes y a los bonos de cierre.
La diferencia entre gobernar y controlar (versión millennial)
- Controlar es cuando revisas cada ticket de venta como si fueras Sherlock Holmes en quincena.
- Gobernar es cuando entiendes que tu negocio no vive solo de números, sino de personas que se suman (o se bajan) por lo que les das… o por lo que les quitas.
Controlar es como revisar que todos lleguen a las 9:00 am.
Gobernar es preguntarte por qué nadie quiere quedarse después de las 6.
La empresa como comunidad (no como prisión de KPIs)
Una empresa es una comunidad de personas libres y responsables que se unen para hacer un bien común.
Traducción: no son tus empleados, son tus aliados.
No son “recursos”, son personas.
¿Y qué implica esto?
- Que el empresario no es dueño del alma de la empresa. Solo lidera su rumbo.
- Que las empresas deben servir a la sociedad y generar bienestar.
- Que si una empresa solo gana, pero no sirve… se parece más a una estafa que a un proyecto legítimo.
Y sí, en este punto seguro pensaste en más de una “empresa” que se autoproclama innovadora… pero no paga aguinaldo.
El arte del gobierno: con propósito y con límites
El Consejo de Administración (sí, ese que muchos ven como un requisito legal) es en realidad la brújula moral y estratégica de una empresa bien llevada.
No está para revisar facturas. Está para responder preguntas incómodas como:
- ¿Quiénes somos y hacia dónde vamos?
- ¿Qué impacto queremos tener en la sociedad?
- ¿Qué estamos haciendo que otros no puedan copiar?
Spoiler: si tu respuesta a eso es “vender más que ayer”, hay trabajo pendiente.
“Ser jefe” no es sinónimo de saber gobernar
Hay dueños que creen que mandar correos en mayúsculas ya es liderazgo.
Y hay directores que piensan que gobernar es tener todo bajo control.
Pero una empresa bien gobernada no se trata de tener a todos alineados por miedo, sino por propósito.
Es crear una cultura donde la estrategia se construye en equipo y el consejo no está para aplaudir, sino para confrontar con inteligencia.
Y sí, eso incomoda.
Porque para gobernar bien hay que soltar el ego… y agarrar la responsabilidad.
¿Y qué pasa si no gobiernas bien?
- Se van los buenos. Se quedan los cómodos.
- La empresa entra en modo “sí, pero no”. Todos trabajan, nadie sabe para qué.
- Y cuando llega una crisis… no hay nadie que tenga idea de cómo sostener el barco, porque siempre esperaron que el capitán lo arreglara todo solo.
Reflexión (sin powerpoints)
Gobernar no es glamoroso. No da likes. No se presume en LinkedIn.
Pero es lo que sostiene a las empresas que trascienden.
Es tener el coraje de pensar a largo plazo cuando todos exigen resultados cortoplacistas.
Es saber decir “no” a oportunidades rentables, pero que traicionan tu propósito.
Es, sobre todo, entender que no construyes una empresa para controlarla, sino para liberarla de ti… algún día.
Porque si todo depende de ti, no tienes una empresa.