Eventualmente todas las olas, ceden, incluso en Bumble y otros Instantes Invisibles
Mi inmersión en el vasto océano de conexiones digitales evoca la metáfora del elefante, que, sin alardear su grandeza, simplemente camina.
La verdadera grandeza de este gran aprendizaje que he estado teniendo al adentrarme en los mares del ártico, reside en los pequeños pasos que, de manera imperceptible, me han impulsado hacia adelante, a continuar navegando hacia el polo contrario e ir dejando atrás el frío mar del ártico de relaciones digitales en Bumble.
Mi regreso al “dating scene”, es un acto personal, una disculpa a mí misma por las serie de eventos que me han atropellado en la última década y que me habían hecho cerrarme a seguir mi corazón, abrazar las casualidades, en vez de pasar una vida persiguiendolas, en una huida interminable.
Estoy convencida de que mi vida y mi carácter podrían haber sido más dulces si no hubiera dejado que esos eventos sellevaran mi magia, rodeándome de un aura sombría, que me hace sentirme indefensa, pero también esa oscuridad ya es parte fundamental de mi esencia y es ahí donde radica mi magia actual.
Sentirse indefenso es sumergirse en la vastedad de la vulnerabilidad, donde las fuerzas externas parecen superar cualquier capacidad de resistencia.
Es como estar a la deriva en un océano de incertidumbre, donde la sensación de impotencia se manifiesta como una marea que arrastra la seguridad y la confianza.
En este estado, la fragilidad se hace palpable, y cada paso se siente titubeante en un terreno desconocido, donde el control se escapa como arena entre los dedos.
Sí, se nos escapa.
En este universo digital, la efímera naturaleza del amor se manifiesta.
Algunas conexiones arden con intensidad, y al igual que las olas, todas terminan cediendo eventualmente.
Descubro una conexión profunda entre estas relaciones fugaces y la grandiosidad del mundo digital, donde cada detalle contribuye a la sinfonía del amor.
A menudo escuchamos excusas sobre la falta de tiempo y continuidad de las conversaciones en Bumble y vía Whatsapp, pero la realidad es que todos tenemos al menos 3 segundos al día para enviar un mensaje a la persona que amamos o al objeto de nuestro deseo
Si alguien realmente nos quiere, nos extrañará y nos buscará sin poner excusas.
Lo que a menudo falta no es tiempo, sino las ganas de hacerlo.
Es una clave íntima y tangible, y que parece ser la matriz que compone la jerarquía de género en las aplicaciones de citas, y en la cual no hay espacio para el espacio, pues al no haber inmediatez, la conexión se elimina en un dos por tres.
Similar al retroceso de las olas, estas conexiones también encuentran en esa pausa y fragilidad, si es respetada, el espacio para que nazca algo nuevo.
En medio de la fugacidad, se revela la oportunidad de crear algo duradero, donde cada relación efímera deja huellas que se borran, contribuyendo a la sinfonía en constante evolución en el vasto océano del amor digital.
En la vida, uno debe hacer lo que le plazca, porque cualquier frase que comience con "hubiera querido", ¿de qué vale?, así que, en lugar de lamentar lo que pudo haber sido, doy un paso hacia adelante, reconociendo que este regreso en particulares una oportunidad para retomar el control, o más bien perderlo, recuperar mi magia y vivir la vida según mis propios términos.
La vida es misteriosa, pero estoy decidida a llenarla con elecciones que reflejen mi verdadero yo y me llenen de amor.
En el arte de la existencia, reconocer la grandeza del elefante implica asumir la fragilidad en manos ajenas y la propia debilidad.
La paradoja de no haber encontrado a nadie que me quebrara, excepto yo misma, revela la complejidad de la vulnerabilidad humana, exponiéndote a ti, querido lector, mi propia vulnerabilidad, la de una mujer amante de las letras y sentimientos profundos.
Al dejar de intentar controlar el flujo de las olas en mi vida, descubrí finalmente la libertad para cabalgarlas.
Renunciar a dicho control se convierte en mi mayor acto de valentía actual, permitiéndome fluir con las circunstancias en lugar de resistirme a ellas y sí, es un acto de rebeldía intensa.
Difícilmente podré volver atrás.
Cada vez que escribo, explorar mis heridas se convierte en un requisito personal
Al volcarme en la escritura, organizo las piezas del rompecabezas de mi alma, o más bien, las desorganizo.
En mi novela "Rescátame de la muerte", busco que cada palabra represente peligro, provocando reflexiones profundas y desafiando nociones preestablecidas.
La falta de temor al caos se torna esencial y parece ser una premisa en mi vida, ya que fue en la turbulencia donde nació el universo y mi propio universo también.
Las personas que aceptan la derrota se acercan a la sabiduría, así como decidir cuándo luchar y cuándo no.
El buen guerrero también sabe retirarse en momentos apropiados, reconociendo que no todas las batallas son suyas.
En los días donde el equilibrio me parece inalcanzable, recuerdo mi preferencia por la extravagancia, mi elección de ser como lava, inflamable y desenfrenada, reflejo mi inclinación por la intensidad.
Sin embargo, hoy apago esos pensamientos y miro hacia un horizonte de futuro equilibrado, lleno de experiencias que nutran mi alma.
Así que aquí estamos de nuevo, sí, tú y yo, navegando en el vaivén de mis palabras y pensamientos.
Estas olas son tuyas, tú las pediste, te las regalo.
Sí, cada una.
¿Qué piensas hacer con ellas?
En Bumble, estas conexiones, inicialmente magnéticas, actúan como olas que se retiran, revelando una resignación serena ante las situaciones repetitivas, sin espacio para decepciones, es por eso que creo que es mejor forjar un contexto de amor a fuego lento en este 2024 y apostar a ello.
Destaco tres puntos fundamentales:
- Conexiones Auténticas en un Mundo Digital: En la era de la rapidez y la inmediatez, el amor a fuego lento emerge como la búsqueda de conexiones genuinas. A pesar de la efimeridad de las interacciones digitales, encontrar el amor implica dedicar tiempo a conocer a alguien a un nivel más profundo, cultivando una conexión auténtica y significativa.
- Resiliencia Emocional en la Era de las Aplicaciones de Citas: En un mundo saturado de aplicaciones de citas y conexiones superficiales, el amor a fuego lento implica cultivar la resiliencia emocional para construir relaciones sólidas y duraderas.
- Exploración Continua en el Océano Digital: Más allá de las corrientes digitales de las aplicaciones de citas, la búsqueda del amor a fuego lento implica sumergirse en nuevas fases y descubrir si el amor puede florecer en medio de un espectáculo digital en constante evolución.
En la vastedad del océano digital de Bumble, se refleja la complejidad de las relaciones modernas, como olas que ceden y donde el amor definitivamente puede florecer.
Sin miedo, sin reservas, reconociendo que el amor, a diferencia de nuestras experiencias pasadas, no mata, sino que nos invita a vivir plenamente, tal vez, no sé, los próximos cuarenta años que me queden de vida, ¿puede ser?
Cuéntame sobre las tormentas que has enfrentado, platícame las decisiones difíciles que has tomado, y permíteme entrar en tu mente sin condiciones.
Somos de aquellos con quien compartimos nuestras historias, que nos entienden y luego encontramos la manera de explicarnos el mundo mutuamente.
Nos pertenecemos en los gestos suaves, en las caricias que borran las cicatrices y en la aceptación de cada imperfección.
Somos de quienes nos aman y protegen con valentía esos instantes invisibles.
Después de 21 días navegando en Bumble, elijo paz, conciencia e inteligencia, cualidades que residen en una persona en particular por encima de los múltiples perfiles que no sé qué puedan ofrecerme.
Aprendo a quedarme por elección propia una vez más y acepto con emoción esta decisión en esta exploración en un océano de emociones digitales mientras descubro lento y sin prisa, si el amor puede realmente florecer en medio de este cautivador espectáculo digital, donde las olas continúan cediendo y se abren paso a nuevas posibilidades.
Nos pertenecemos en los momentos cuando el tiempo se convierte en un regalo preciado y la libertad se entrega con confianza.
Somos de aquellos que nos besan con la ternura de las olas que acarician una playa en calma y con la ferocidad de las tempestades que desatan furia.
Nos pertenecemos en cada beso, en cada abrazo, en cada silencio.
Gran parte de mi vida la he dedicado a perseguir casualidades y creo que ya he tropezado con la más significativa de ellas.
Existen personas que no sucede dos veces en la vida.
Tal vez la felicidad reside en no desear estar en otro lugar o ser alguien más, sino anhelar vivir esos instantes con esa persona especial.
Navego como las olas del mar, subiendo y bajando, explorando cada rincón de esta conexión humana, sin temor a descubrir y aceptar todos los aspectos que nos hacen únicos.
Lo que pasa con el alma, la mente y el espíritu es que no se ven
¿De dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
Los primeros tres minutos al hervir agua son invisibles, aparentemente nada sucede, hasta que el agua hierve.
Sin embargo, en esos minutos, al igual que en la cocción perfecta del arroz, o en el amor, se gesta una magia invisible que requiere arte, precisión y atención meticulosa.
La letra de "Carmina Burana" y la metáfora del oleaje del mar convergen en una sinfonía apasionada y majestuosa.
Los coros resonantes de "O Fortuna" evocan el poderoso vaivén de las olas, mientras que las letras profundas y conmovedoras se entrelazan con la naturaleza efímera del mar.
Como las olas que suben y bajan en un constante fluir, las palabras de "Carmina Burana" reflejan mis emociones que también se elevan y caen en el vasto océano de la existencia.
Comunicarse a través de las miradas es una expresión genuina y reveladora, como los coros épicos de Carmina Burana que resuenan en cada intercambio visual.
A veces, las palabras se ven eclipsadas por miradas portadoras de verdades que no admiten falsedad.
Nos hemos comunicado más a través de miradas que con las palabras, ya que estas revelan lo que no puede ser fingido.
Emanan autenticidad desde lo más profundo, la música intensa captura la esencia del amor, la fortuna y la vida, fusionándose con la imagen del mar en su constante danza se convierte en el telón de fondo perfecto para esta experiencia épica, la ópera y el mar se entrelazan, creando una narrativa sonora que resuena como olas eternas del tiempo.
La cocción perfecta del arroz, al igual que el amor, demanda arte, precisión y atención meticulosa.
Inicié seleccionando el tipo de arroz adecuado y lo enjuagué bajo agua fría para eliminar el exceso de almidón y evitar que sea pegajoso.
La proporción exacta de agua es crucial.
Llevé el agua a ebullición, reduje el fuego abajo, cubrí y así, hemos estado cocinando “esto” a fuego lento, permitiendo que el arroz absorba gradualmente el líquido.
Reposando unos minutos, horas o incluso días... De manera similar, la cocción adecuada que infunde vida al arroz, mientras que el amor a fuego lento enriquece la experiencia, convirtiéndola en el complemento perfecto.
Cuando sabes cuanto vales, dejas de dar descuentos y cuando dos almas están destinadas, el universo conspira para el encuentro al que están designados.
Encontrarse y reconocerse es lo difícil, locación, tiempo y circunstancias son irrelevantes.
Convertirse en un imán el uno para el otro y a pesar de los esfuerzos para combatirlo de mi parte, el universo de alguna manera manipuló todo a su favor y en ese momento, cuando finalmente cedí, un nuevo amor puede nacer, pero ahora navegando en aguas más cálidas y serenas.
Reina Leona: Qué lindo esto que estamos viviendo.
Mr. Brook Brothers: Y todavía no empezamos.
Reina Leona: Ya empezamos.
Mr. Brook Brothers: Correcto.