Incongruencias en el frente opositor
En este sentido, la candidata del frente opositor tiene problemas para conciliar los dichos con los hechos, esto le afecta en la aceptación frente a la ciudadanía.
Xóchitl Gálvez se define como mujer apartidista, representante de los ciudadanos y sin ataduras con los partidos que la postulan. Es un discurso difícil de asimilar pues, ella es panista de corazón, de trayectoria política y de convicción; por sobre su afiliación es panista a ultranza.
Sabe que la carga de los partidos a los cuales representa constituye un lastre el cual, sumado a su propio perfil personal, la mantienen lejos de la puntera en la elección.
La candidata del PRIANRD (PRI, PAN y PRD) intenta negar su origen, pero no puede desmarcarse. Si esto fuera poco, los liderazgos de los partidos políticos hacen todo para alejar su candidatura presidencial del triunfo.
Considerando las estimaciones en las encuestas sobre el sitio ocupado por Gálvez, es factible que los estrategas del PRIAN prevean su derrota electoral y por consiguiente los liderazgos la utilicen como una pieza sacrificable, prescindible ante el interés personal de los caciques partidistas.
Se conocieron las listas de quienes ocupan las posiciones “sacrosantas” en las listas para el poder legislativo, las candidaturas de representación proporcional por la vía de plurinominales. En esas listas, en los sitios VIP sólo se leen nombres de las cúpulas, de las vacas sagradas, de quienes se apoderaron de las dirigencias en los partidos a pesar de no contar con el liderazgo para esas posiciones.
Permea la impresión de que los partidos postulantes no tienen interés en ella sino en la utilidad para sumar la mayor cantidad de votos y sacrificar su triunfo si así fuera necesario, todo con la finalidad de mantenerse ellos en el poder.
Según las encuestas, los votos que asegura Xóchitl a los partidos de su alianza son suficientes para que lleguen al poder legislativo las cupulas enlistadas en las planillas plurinominales, sea senado o cámara de diputados.
La candidata prometió una alianza con la sociedad civil, integrar a ciudadanos en los espacios de poder. Ni un ciudadano que no pertenezca a las cúpulas del PRI, PAN o PRD aparece en las listas privilegiadas.
El discurso no coincide con las acciones.
En caso de ser utilizada por quienes la postulan, debería por amor propio, lealtad a sus principios, congruencia con su discurso y empatía con los electores no partidistas, presentar la renuncia a su candidatura presidencial o exigir que salgan de las candidaturas VIP las cúpulas partidistas y esos sitios los ocupen ciudadanos no partidistas.
Surgen dudas:
¿Acaso saben que no ganará Xóchitl? En esta hipótesis, ¿qué gana ella?, ¿dinero suficiente del que circula en la campaña? En la condición actual, el prestigio a futuro o un lugar privilegiado en la historia es materialmente imposible.
¿Es por la inminente derrota que las cúpulas garantizan su salvoconducto y supervivencia sin mediar recato y decoro alguno?
En el efímero triunfo para la hidalguense, estaría cooptada por los líderes pues en sus manos queda el control del poder legislativo. Me hace recordar al rey en el planeta solo del cuento “El Principito”.
No hay futuro para Xóchitl en el actual tablero político, se ha convertido en pieza sacrificable y pareciera que es manipulada para beneficiar a los mismos de siempre.