La estatuilla en el barrio de colores
Primero desaparecieron el suplemento exitoso, Soft news, mucho de banalidad sobre actores, músicos y la corte de los efímeros, añadido los horóscopos, las tendencias de la moda, las comidas y toda clase de paparazzi casando traslados de las revistas internacionales del corazón.
Los repartidores de los subscriptores, en la calle de Modesto Arreola y Zaragoza, desde las dos de la mañana hacían fila.
Cada voceador en las principales calles, en los hogares el sonar de las mascotas avisaban la entrega, jamás faltó el vecino aprovechado, gandalla, de substraer del jardín abierto el número del día.
Vocación en decadencia, idéntica al afilador de cuchillos, al zapatero, a quien arregla abanicos.
Viajamos en las venas rotas, las plegarias son por las familias, menciona el nombre del medio, agradecemos la insistencia, debe vender la cantidad insignificante, tal vez los adultos mayores en la estancia, el desayunador o en el jardín donde les sirven el primer alimento.
Si leemos el medio, subscriptores desde hace años, pasamos al fenómeno digital, llévelo le puede ser útil, sonreímos cómplices, le puede servir para lavar y limpiar los vidrios del auto, incluso para madurar las frutas, entre esa serendipia cruzo de vuelta en la definición de carriles.
Repaso el dicho de Patricio Zambrano, exigiendo a los inmigrantes evitar venir a Nuevo León, el milusos, el finado histrión Héctor Suárez, protagonizo la serie de películas sobre el destrozo llamado Ciudad de México.
Cambia el color del semáforo, regreso a Monterrey, el túnel de la Loma Larga es el túnel del tiempo, treinta años de diferencia, entre quienes en la opulencia es cosa de todos los días.