“La República Godoyana y el eterno México aguantador”

Arturo Cueto DETONA® El Congreso mexicano acaba de coronar a Ernestina Godoy como Fiscal de la República y, con ello, la 4T vuelve a mover otra pieza en su tablero de control institucional.
Morena no sólo ganó elecciones: está conquistando el Estado pieza por pieza, como quien arma un rompecabezas donde al final la imagen es un solo color.

Ahí están: el Congreso en mayoría cómoda, buena parte de las gubernaturas pintadas de guinda, la Fiscalía General alineada, la Suprema Corte en proceso de domesticación, los órganos autónomos bajo control, y un ecosistema mediático que, entre presión y porras, termina replicando la narrativa del nuevo oficialismo.

Y mientras tanto, la sociedad mexicana hace lo que mejorsabe hacer: mirar hacia arriba, suspirar y repetir con orgullo masoquista que “aquí no pasa nada”, porque ya sobrevivimos al PRI hegemónico, a las crisis económicas, a los terremotos y a los gasolinazos.

Lo que no sabemos —o fingimos no saber— es que el hecho de haber sobrevivido no significa que debamos volver a sentir orgullo por aguantarlo todo.

Y es que la ruta se parece demasiado a los viejos manuales del partido-Estado: un grupo político que invade captura o coloniza las áreas claves del sistema democrático hasta que deja de haber sistema democrático.

Convenientemente, nadie en Palacio admitirá que esto suena a la URSS, China, Cuba o Corea del Norte, porque claro, aquí “todo es por el pueblo” y “todo es legal”.

También lo era allá.

¿Estamos a un paso de un régimen totalitario?

No exactamente.

México tiene demasiado caos, demasiadas fugas y demasiados ciudadanos renegados para lograr una maquinaria tan perfecta.

Pero sí estamos caminando hacia un bloque hegemónico que, con el tiempo, puede convertir a cualquier institución en una oficina de trámites partidarios.

Y mientras eso ocurre, la oposición continúa en su deporte favorito: perder el tiempo peleándose entre sí, exigiendo unidad desde la comodidad del café con frappé y lanzando comunicados que nadie lee más allá de su propio comité estatal.

Lo preocupante no es que Morena quiera transformarse en un partido de Estado; lo preocupante es que nadie parezca interesado en impedirlo.

La sociedad civil está distraída, los empresarios callados, la academia dividida, los medios debilitados y los partidos opositores en estado de coma inducido.

Así, la 4T avanza sin prisa, pero sin pausa hacia un dominio casi absoluto que, si no se confronta ahora, pronto será imposible detener.

México necesita menos resignación, menos “a ver qué pasa” y más conciencia de que ningún país prospera bajo un monopolio político.

Si no se articula una oposición real con necesarias coaliciones, si no se construye ciudadanía activa, si no se defiende la pluralidad institucional, lo que queda es rendirse ante la nueva era Godoyana.

Y entonces sí, después no digamos que no lo vimos venir: nos encanta reírnos de los viejos regímenes totalitarios del mundo, pero seguimos caminando hacia el abismo con la risa nerviosa del que cree —equivocadamente— que aquí nunca pasa nada.
https://vimeo.com/1091444957
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
Arturo Cueto

Economista por la Facultad de Economía de la UANL. Ha sido funcionario de organismos empresariales y del sector público, estatal y federal. Micro empresario y profesionista independiente desde hace 20 años. Se desempeña como promotor cultural.