Los gobiernicolas

Gerson Gómez DETONA hoy: Los mejores años de tu vida son ahora. Pon la huella en el gasto para quienes nada tienen...

Desde niños jugaron a The Sims en las máquinas de escritorio. Primero pasaron por el Turista y por el Monopoly, en las horas muertas como familia.

Hicieron de las reglas de operación un reverendo rehilete. Incluso se autoprestaron del banco a su disposición.

En ninguna auditoria seria, la mirada escrutadora de sus padres les habría confiscado las propiedades, impuesto multas por encima del capital y hasta suspenderles los privilegios del postre.

Tono celebratorio. Quien se duerme pasa a mejor vida. Esa es ley en la universidad de la calle. Vivir de manera desahogada es hacer equipo. Incluso con quienes no te caen tan bien.

Estudia sus necesidades y las ambiciones. Dosifica cada nivel de premios. Nunca les sueltes las correas. Deben sentir autosuficiencia y ser necesarios en toda la operación.

Cubre las espaldas. Jamás firmes papeles en blanco. Acceso a las informaciones privilegiadas. Las obras no se hacen solas. Funcionan en todas direcciones. Desparraman ganancias. Considera inversiones a fondo perdido.

Las lealtades y los archivos personales, de pecados ocultos o excentricidades, a guardar en la caja fuerte. Respira tranquilo. Nada por aquí. Nada por allá. Todo va a una cuenta secreta en el extranjero.

Pasea por todas las latitudes. Haz obra y sobra. Simula limpieza, sencillez y cercanía. Son palabras divinas. A toda casta de gobiernicolas, solo los inversionistas, los grandes, los de a deveras, tenles respeto, pleitesía y derecho de picaporte.

Los mejores años de tu vida son ahora. Pon la huella en el gasto para quienes nada tienen. Te recordaran hasta milagroso. Santo de toda su devoción.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.