Marinos del 'huachicol'
Los hermanos Manuel y Fernando Farías, vicealmirante el primero, contralmirante el segundo, ambos parientes políticos del ex almirante secretario, preso uno ya, Manuel, y el otro, Fernando, prófugo.
En la red han quedado atrapados otros mandos cómplices de la Marina en las aduanas y al menos dos empresas de radicación tamaulipeca, que fueron capaces de mover, a través de puertos y aduanas, 10 millones de litros de huachicol fiscal, en 31 buques tanque, sin que nadie los viera.
La batida federal incluye la averiguación de dos homicidios, vinculados a la protección de esta red criminal.
Uno, la ejecución del contralmirante Fernando Guerrero, que había denunciado ante el secretario de Semar a los hermanos Farías.
Dos, la ejecución de Magaly Nava, agente de la Fiscalía General de la República que investigaba el caso en Colima.
Hasta el día de ayer habían sido detenidas 14 personas vinculadas con el contrabando de huachicol fiscal, incluyendo tres empresarios, cinco marinos en activo y uno en retiro, además de cinco ex funcionarios de aduanas.
Se hallaban prófugos el dicho contralmirante Fernando Farías y el capitán de Corbeta, Miguel Ángel Solano.
La sola enumeración de los detenidos y los prófugos habla de la profundidad de la batida del gobierno federal, a cuyo rigor y decisión no hay que escatimar ningún elogio.
Prueba un nivel de compromiso con la ley y con la limpieza de sus propios establos, que no vimos nunca en el anterior gobierno.
Se trata de una interrupción de la complicidad oficial con el crimen, y de una sacudida política y moral para la Secretaría de Marina, reputada como de alta confiabilidad y profesionalismo. Resulta que no. No toda.
Dada la cercanía de la noticia con la visita del secretario Rubio, no faltará quien hable de sumisión de México a exigencias de Washington.
No seré yo.
Creo que la colaboración de México con Washington para sanear y castigar las complicidades de militares y civiles mexicanos con el crimen, le conviene más a México que a nadie.