México en los titulares del mundo: no por logros… sino por protestas, represión y un país que explotó en las calles
Pero no fue por un avance científico, un campeonato deportivo, un repunte económico, una inversión histórica o un guiño diplomático desde Washington. Nada de eso.
El nombre de México apareció en los principales periódicos, agencias y cadenas globales por una razón mucho más incómoda para el gobierno de Claudia Sheinbaum: protestas masivas en todo el país y choques violentos entre ciudadanos y fuerzas de seguridad.
Entre el sábado 15 y domingo 16 y con ecos que continuaron el lunes 17 de noviembre, los medios noticiosos internacionales tomaron nota de que al menos 50 ciudades en México registraron marchas multitudinarias contra la inseguridad, la corrupción, el asesinato del alcalde de Uruapan y lo que miles consideran el avance autoritario del régimen morenista.
La concentración mayor fue, naturalmente, la de la Ciudad de México, donde la movilización rebasó previsiones y derivó en confrontaciones que dejaron lesionados tanto a manifestantes como a policías.
Y el mundo tomó nota.
Desde New York Times, Reuters y Associated Press, hasta The Guardian, France24, Bloomberg, Político, Al Jazeera, CNN, Euronews, y cadenas de Estados Unidos, Canadá y Australia, los titulares coincidieron: México vive una oleada inédita de protestas juveniles y ciudadanas, acompañada por escenas de represión que contradicen el discurso oficial de tolerancia.
Los encabezados fueron rotundos:
- “Violence erupts in Mexico City as Gen Z-led protests grow”,
- “Thousands rally against crime and corruption”,
- “More than 120 hurt in clashes during Mexico protests”,
- “Sheinbaum faces first major crisis as demonstrations spread nationwide.”
En otras palabras: México fue noticia mundial, pero por las razones equivocadas.
Las crónicas internacionales subrayaron un punto que en el extranjero sorprende, pero en México se sufre: el hartazgo social ha roto la burbuja narrativa del gobierno.
Las protestas no sólo fueron grandes en número; fueron espontáneas, descentralizadas y encabezadas por sectores —jóvenes, profesionistas, adultos mayores, familias enteras— que hasta hace poco parecían mantenerse al margen de las confrontaciones políticas.
Además, los medios extranjeros captaron algo que en México muchos analistas han advertido desde hace meses: la irritación acumulada por los abusos policiales, la impunidad frente a los homicidios, la violencia contra autoridades locales, el soborno a comerciantes, agricultores, empresarios, transportistas y el desgaste natural de un régimen que lleva tiempo señalando “enemigos” pero no ofreciendo resultados.
En contraste, la reacción gubernamental fue desigual.
Entre la descalificación, la minimización y las explicaciones de “provocación”, la narrativa oficial se topó contra un muro difícil de ignorar: las imágenes, videos y testimonios que dieron la vuelta al mundo.
El fin de semana dejó claro que el ánimo social cambió.
Que la paciencia se agotó.
Y que México, aunque sea por un momento, quedó bajo la mirada crítica de la prensa global.
