Nefarious: La Palabra del Diablo - Nefarious / EUA, 2023
Un psiquiatra es requerido en una prisión de Oklahoma para evaluar a un convicto a muerte y decidir si está en su sano juicio o está loco, por afirmar que un demonio lo tiene poseído.
El Dr. James Martin (Jordan Belfi) confronta física y sicológicamente al demonio que se hace llamar Nefarious, con todo conocimiento clínico, con toda su sabiduría... pero claro, existe la posibilidad que sea cierto que un demonio ha ocasionado que un mortal se haya convertido en un asesino serial.
La película es una batalla de nervios, un enfrentamiento entre el razonamiento y lo irracional, entre la creencia de un Dios y un Diablo y las personas que no creen en nada.
En sí es un duelo donde el mal se está imponiendo sobre el hombre: mientras piensa que está avanzando hacia un mundo de paz y amor, mientras que el Diablo y sus demonios se ríen porque la humanidad solita... se está abriendo paso al infierno.
El filme en momentos es lento, lentísimo... mientras que otros son planteamientos muy light de filosofía cristiana sobre el bien y el mal. La debacle a la que tiene que enfrentarse el doctor y los tres asesinatos que supuestamente va a confrontar el siquiatra, en cierto sentido resultan muy superfluos.
Veraz es la crueldad del mal sobre inocentes, la capacidad del hombre de no creer en el mal aun cuando la tiene en sus narices.
Conforme avanza la progresión dramática está la acusación (aburrida, por cierto) de que la culpa la tiene uno por dudar, por ser ateo. Que la misma religión y sus representantes ya no creen tampoco en un mal omnipresente sobre la tierra y sobre la humanidad.
De repente, Sean Patrick Flanery oscila entre lo bueno y lo sobreactuado y sí da en el blanco como el humano aplastado por el demonio que lo posee y en su doble papel como Nefarious, mientras que Belfi como el doctor, a veces da pero no da en su rol de siquiatra perplejo por su caso.
Y aunque el clímax en sí es interesante, la resolución se da con el nefasto conspiracionista Glen Beck interpretándose a si mismo.
Ese mensaje final de que se debe creer aunque no se crea, es muy extraño... pero esa es la lección de Nefarious: La Palabra del Diablo.