Partidos políticos son dictadura en México

En esta cantidad infinita de textos, palabras, argumentos y contrargumentos, nadie ha mencionado el triste momento que viven los partidos políticos en nuestro país.

Después de las elecciones del pasado 6 de junio, ha habido una cantidad enorme de comentarios, reflexiones, artículos, entrevistas, sin faltar los memes.

En esta cantidad infinita de palabras, argumentos y contrargumentos, nadie ha mencionado el triste momento que viven los partidos políticos en México.

Por ley, son el instrumento, por medio del cual los ciudadanos acceden al poder, aunque también existe la vía de los candidatos independientes, que lamentablemente cayeron en desgracia.

Observé con cuidado el proceso electoral, desde el punto de vista ciudadano, aporté mi tiempo y experiencia para lograr la constitución de la Coalición Va X México, en la cual los dirigentes del PAN, PRI y PRD se comprometieron a abrir espacios ciudadanos a las candidaturas de diputados federales, en los 300 distritos; sin embargo, solo se concretaron candidaturas comunes en 219; la presencia de candidatos ciudadanos fue escasa, por no decir mínima.

Las quejas sobre dichas candidaturas fueron generalizadas, aunque hubo algunas excepciones. Es decir, los dirigencias partidistas y sus grupos de poder, hicieron uso de su tradicional costumbre de imponer a sus amigos, compadres, amantes, esposas, hijas y cuanto ser humano estuviera a su alrededor, para conservar el control dentro de su partido político, a nivel municipal, estatal y nacional, no escucharon la voz ciudadana, ni los compromisos que hicieron ante las organizaciones de la sociedad para lograr la mayoría en la Cámara de Diputados y romper la hegemonía partido- gobierno de MORENA y presidente AMLO.

El triunfo fue parcial, ya que MORENA y sus partidos satélites no tienen la mayoría calificada, que les abría la puerta a modificaciones constitucionales, bajo el capricho instructor del inquilino de Palacio Nacional, al menos se construyó ese dique, aunque vulnerable, pero suficiente para detener el hambre de centralismo.

Así las cosas, el descontento y la frustración también se presentaron dentro de las filas de los partidos políticos, desde el partido en el gobierno, así como en todos los demás.

Este fenómeno no es nuevo, viene en ascenso desde hace décadas, ya que grupos pequeños han logrado controlar las decisiones de dichos partidos políticos para mantener el poder.

Por años, los mexicanos combatimos el centralismo y la hegemonía partido - gobierno, 70 años del PRI en el gobierno, la queja era que no había espacios para que los ciudadanos participaron en la función pública, solo a través del voto, que era controlado por los brazos del partidazo, hasta que le arrebatamos la organización, control, vigilancia y proceso de la jornada electoral al gobierno, pro conducto del entonces IFE, ahora llamado INE, realmente logramos un avance significativo en nuestra naciente democracia.

Sin embargo, hoy y desde siempre los partidos políticos no se han abierto, al contrario, han perfeccionado su operación, para fortalecer lo que defino como la hegemonía dirigencia – partido político, donde no se pueden ni asomar los miembros de esos institutos políticos, pasan los años y siguen siendo unos cuantos quienes toman las decisiones, para beneficiarse y perjudicar a la membresía y lo más triste, es que laceran la calidad de la función pública, con pésimos funcionarios, que solo se aprovechan de los puestos, para enriquecerse ilegalmente y ceder dichos puestos a familiares y amigos.

Raúl Monter Ortega

Coordinador de Campañas Electorales a nivel Federal, Estatal y Municipal. Editorialista, observador y activista de la vida política nacional. Promotor de las libertades constitucionales de los mexicanos. Catedrático y vicerrector de la Escuela Superior de Procesos Electorales.