Sin partidos la democracia no funciona.

Ernesto Pompeyo Cerda Serna DETONA® Con estos partidos, tampoco.
https://vimeo.com/1091444957

Para escribir este opinión tomamos como base algunas de las tesis que planteo en mí, “ Libro Literatura y Poder” publicado en enero del 2011.

Que son como exponía José Revueltas, resulta un hecho casi proverbial, a lo largo de la historia humana que los diversos tipos de sociedades  divididas en clases y en mayor medida cuando envejecen se olviden de un principio básico de las ley que el ser humano hombre es un acontecimiento, un acontecer revolucionario.

Y que la experiencia oriental a través de señala que “La acción no debe ser una reacción,  sino una creación". 

el ser humano aparece en la naturaleza como un acontecer revolucionario.

Expresaba Kant, que la:

“Libertad es aquella facultad , que aumenta la utilidad de todas las demás facultades".

Y aconsejaba  Cervantes en el Quijote.

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre, por la libertad, así como por la honra, se puede y debe La libertad, Sancho, es uno de los más  preciosos dones que a los hombres dieron los cielos.

Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre, por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.

Que la facultad y la tendencia esencial del ser humano, es en la búsqueda de la libertad.

Hegel pensaba que "La historia no es otra cosa que la consideración pensante de la historia; y nosotros no podemos dejar de pensar, en ningún momento, el hombre es un ser pensante; en esto se distingue del animal”.

Parménides De Elea, enunciaba que “ Lo mismo es pensar y ser".


 

El pensar en el humano, es la facultad distintiva y esencial para elevarse por sobre la naturaleza y superarse a sí mismo.

Dejamos para hablar sobre Cuarta tesis, que es  el substratum,  de la vida humana y desde luego la política y el poder.

Por su trascendencia reproducimos lo que subraya, Tomas Hobbes, en su libro leviatán: De este modo señalo, en primer lugar, como inclinación general de la humanidad entera, un perpetuo  incesante afán de poder, que cesa solamente con la muerte.

Y la causa de esto no siempre es que un hombre espera un placer más intenso del que ha alcanzado, o que no llegue a satisfacer con un moderado poder, sino que no pueda asegurar su poderío y los fundamentos de su bienestar actual, sino adquiriendo otros nuevos.

Y de manera sintética, Nietzsche, remacha y concluye.

Donde quiera que encuentro una, criatura viviente, hallo ansia de poder. 

La historia de la humanidad fue, ha sido y será, la lucha por el poder, hombres y mujeres de todas las sociedades, hasta nuestros días, luchan a lo largo del interminable camino de la historia por la obtención, conservación y Acrecentamiento del poder.
Al tomar en consideración estas tesis, iniciamos la exposición sobre el tema Partidos Políticos.

Cuando formule la tesis  “no ha habido partidos, pero sí partidarios”, se hace referencia a una situación en la que, aunque no existan organizaciones políticas formales o estructuradas, sí hay individuos o grupos que defienden y apoyan una causa, una idea o una persona.


Según el Diccionario de la Lengua Española, partidario es el adjetivo que se aplica a quien sigue un partido o bando, o entra en él, también, a quien está a favor de alguien o algo, o los apoya. 

Sinónimos: seguidor, aficionado, admirador, adepto, incondicional, prosélito, afiliado.

Podemos añadir el término partidista, que se define como aquel que antepone los intereses de su partido a los intereses generales de la sociedad, es decir, existe una adhesión total al partido que impide la imparcialidad. 

Conviene recordar que, cuando una persona pertenece formalmente a un partido, se le llama militante, mientras que el partidario no necesariamente pertenece a él.

Los orígenes de los partidos, fueron los partidarios, al igual que el de la democracia, en nuestro mundo occidental se remonta a la antigua Grecia y Roma, cuando comenzó a configurarse una sociedad políticamente organizada. 

En Grecia encontramos grupos integrados con fines políticos; mientras que en Roma, la historia de los hermanos Graco y la guerra civil entre Mario y Sila son ejemplos tempranos de este tipo de “partidos”.

Demagogos vs. Demócratas: 

En Atenas, la facción democrática fue liderada por figuras como Clístenes y Pericles, líderes populares como Cleón apelaban especialmente a los sectores más pobres para ganar poder político. Su influencia dependía más de su carisma y oratoria que de la lealtad a un partido formal.

Optimates y Populares.

En la antigua Roma, durante la República tardía, los conflictos entre estas dos facciones aristocráticas dominaron la política. 

Los Optimates —“los mejores”— representaban los intereses de la nobleza senatorial, defendiendo la conservación de sus privilegios, el poder del Senado y el statu quo. 
Por su parte, los Populares, como los hermanos Graco, Julio César o Cayo Mario, buscaban apoyo en las asambleas populares, prometiendo reformas agrarias y medidas en favor de los plebeyos.

Facciones Históricas Y Símbolos.

Durante el Imperio Romano, las facciones de los juegos de circo (Azules, Verdes, Rojos y Blancos) contaban con partidarios tan devotos que a veces provocaban disturbios violentos.

Aunque no eran grupos políticos, los emperadores se apoyaban en ellas para ganar popularidad.

En la historia de Francia, encontramos facciones religiosas y políticas con enorme influencia: - Hugonotes, partidarios del calvinismo protestante, contra los católicos fieles a Roma.

 En la Revolución Francesa, los Jacobinos —radicales— y los Girondinos —moderados— protagonizaron luchas ideológicas intensas, en la Asamblea Nacional, los monárquicos se sentaban a la derecha y los revolucionarios a la izquierda, origen de los términos “derecha” e “izquierda” políticas.

Incluso la vestimenta se convirtió en símbolo político: los sans culottes vestían pantalones largos en lugar de calzas cortas, mientras que los incroyables et merveilleuses ostentaban lujo y perfumes caros.

Surgieron así grupos como los muscadins, los hebertistas o los robespierristas, los partidos en nuestros tiempos.

La crisis de la democracia tampoco es nueva, pero también se ha agudizado en este siglo, cuyo  inicio se da al final de la primera guerra mundial, se continua su deterioro con la segunda guerra mundial, y el declive acentuado desde la época de la Guerra Fría.

Antes la democracia parecía un concepto y una realidad transparentes, deslumbrantes por su claridad, carentes de ambigüedades. la democracia se convertirse como el principal acceso al poder de un régimen posible y en la ideología triunfante, se presentó casi de manera consecutiva un terrible retroceso, pues se cobró conciencia de que este régimen no era el fin de los problemas políticos, sino tan sólo una forma distinta de enfrentarlos y buscarles una solución.

A pesar de que la amenaza totalitaria y los populismos  de derecha e izquierda parecían haberse ido, el nuevo sistema democrático y su promesa de representar más fielmente los intereses y necesidades, anhelos  e inquietudes de la sociedad no parecía cumplirse plenamente la representación popular.

La representación se fue diluyendo y en algunos casos desapareció, se hizo más enorme brecha entre gobernantes y gobernados, que puede confirmarse y que sigue ampliándose, produciendo un enorme vacío entre los que gobiernan y los gobernados.

Se han perdido los caminos para llegar a cumplir n los anhelos, esperanzas de la sociedad, lo que hoy  ha generado un creciente, desasosiego, indisposición, pesadumbre. 

En las democracias del siglo XXI, los partidos enfrentan incentivos perversos que los empujan a buscar el poder atacando a sus adversarios, convertidos en enemigos.

Durante las campañas, la disputa política se aborda como un campo de batalla donde parece que está en juego la supervivencia de la nación. 

Se repite entonces la dinámica de campaña, de estas conmigo o estas contra mi, lo que genera un la polarización y un intercambio agresivo que va dividiendo al electorado en alineados, quienes se ubican a un lado y otro.

Existe una profunda desilusión con la praxis política actual, que puede sintetizarse en las siguientes causas:

1. Ausencia de ideología: los partidos carecen de bases ideológicas sólidas y se reducen a agrupaciones leales a un líder.

2. Personalismo político: la lealtad se dirige a una persona, no a un proyecto colectivo. 

3. Falta de institucionalidad: actúan más como sectas y camarillas , movidos por intereses personales que como instituciones que buscan ser útiles a la sociedad.

4. Débil  y frágil compromiso con el bien común: se prioriza el beneficio de los adeptos fieles sobre el bienestar general.

5. “Fagocitación, que es la práctica de absorber y destruir la individualidad de sus  militantes y simpatizantes.

6.  polarización afectiva son donde predominan actitudes de favoritismo por el propio grupo y desprecio, combate y que puede llevar al uso de la violencia hacia el grupo opositor.

7.  violentus, digitalis, es el acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales. en las redes sociales, las plataformas de mensajería, las plataformas incluyendo los de juegos y los teléfonos celulares o móviles, es un comportamiento que se repite y que busca atemorizar, agredir, alterar, enfadar o humillar a los otros, es decir  opositores.

8. Las resistencias a dejar en manos de la población la Toma de decisiones trascendentales no son nuevas, “La gente no está preparada para tomar decisiones de envergadura”, y se repite de diferentes formas y muchas veces proyecta y le sale el subconsciente autoritario cuando dicen  “se dejaría seducir por líderes populistas autoritarios”

9.    No revisar y estudiar las relaciones esperadas, deseables, de la realidad entre las ideas y los contextos, para entenderlos y comprenderlos como una consecuencia de una relación no lineal y a menudo subestimada entre las condiciones, socioeconómicas, psicológicas y de esperanzas que se dan en la realidad de los contextos.

10.    Las emociones como estrategia. apelan a las emociones para dividir, crea cortinas de humo con consignas abstractas y confusas como la que se otorga en estos tiempos a la «libertad» frente al «comunismo»., al neoliberalismo.

Esto también erosiona a los partidos, porque tiende a ubicarlos como titulares de la verdad absoluta y no de un punto de vista particular, y promueve la negación de la legitimidad a los otros, impugnando, en definitiva, el pluralismo indispensable para el funcionamiento de la democracia.

La creciente desigualdad socioeconómica  lo que lleva a erosionar y deteriorar  la legitimidad de las decisiones políticas y deterioro de la calidad la vida democrática. 

11.    El ambulantaje político, que es transfuguismo de militantes de los partidos, que obedece  a la pérdida de convencimiento, certidumbre, confianza en el partido al ver que no se tienen futuro.

12.    Utilización de una retórica reaccionaria o revolucionaria, de la intransigencia, que se habrían manifestado en distintos momentos históricos y que hoy vuelven con mayor intensidad que explican el porqué de la férrea resistencia a defender el statu quo, frente a la sola posibilidad del cambio, 

13.    El uso, inmoderado, de la perversidad, que propone que los efectos de una reforma empeorarán cualquier aspecto: social, político o económico, que esta busque solucionar.
14.    La futilidad, que señala que cualquier reforma tendrá un efecto nulo o mínimo y, por tanto, es sencillamente cosmética. Y no vale iniciar las acciones para encontrar nuevos caminos y soluciones.
15.    la tesis del riesgo, actitud pusilánime más que sutil, es brozno que propone que los costos de una reforma pueden ser tan altos como para poner en peligro otros logros precedentes. Y ¿la pregunta cuales quedan? 
16.    Imponer la dictadura de las encuestas, los sondeos, que son usadas como propaganda y  dentro de algunos partidos en un autogolpe, porque atenta contra los principios funcionales de los partidos 
17.    La imitación  extralógica del mito asambleísmo. y plebiscitario. Entre otros los movimientos sociales que surgieron en Europa al calor de la primavera árabe y en otros países.

Reflexión final:

Al analizar y evaluar el resultado en la actualidad concluimos que hay un deterioro de la vida democrática y una creciente trance negativo de confianza en los partidos, las leyes y las instituciones.

Sera que hoy vivimos lo que Samuel Huntington llamó la “tercera ola democrática”, con alcance mundial. 

Donde las migraciones, los cambios: tecnológicos, geopolíticos de poder, y las tensiones sociales nos obligan a reflexionar sobre el rumbo de nuestras democracias y el papel del ciudadano.
Ante estas condiciones a nivel mundial  crisis, debemos preguntarnos.

¿Estamos presenciando el fin de los partidos políticos, o una etapa de transformación en las formas de representación y mediación entre el Estado y la sociedad?.

Proponemos a quienes quieran movilizarse, para intervenir en la definición de los asuntos públicos que hay que crear espacios y procedimientos que estén garantizados por la ley y respetados por los actores con poder, para ponerlos en marcha.

Como decía Nietzsche al hablar del eterno retorno.

Si supieras que cada acción se repetirá una y otra vez, ¿qué cambiarías?”, Quizás esa sea la pregunta que debamos hacernos hoy como sociedad
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
https://vimeo.com/1015118818
Ernesto Pompeyo Cerda Serna

Correo: cerda999@hotmail.com Contador Público y Auditor. Socio del Despacho D. E. C.  y Miembro del Despacho Internacional PKF North American. Autor de los libros. Adiccionario Político. Kratologia. Literatura y Poder.