¿Por qué enfocar la atención en la contralora estatal María Teresa Herrera?
Como presidenta del Tribunal Superior de Justicia (1996-1999), María Teresa Herrera rompió con esa excluyente tradición misógina y fue la primera mujer en ocupar ese cargo, lo que marcó un hito en términos de género y equidad en nuestro estado.
Graves controversias agrarias habían encendido las alarmas del país durante muchos sexenios, hasta que, en tiempos de la presidencia de Vicente Fox, se tomó la decisión correcta.
Hacía falta que interviniera una figura juiciosa e imparcial.
Entonces se nombró secretaria de Reforma Agraria a María Teresa Herrera, quien resolvió estas controversias acertadamente, con la Ley en la mano.
La Contraloría del Gobierno de Nuevo León solía ser más un aval que un supervisor severo de la gestión pública.
Por ello se le pidió a María Teresa Herrera que tomara el timón de tan delicada nave. Su presencia en ese cargo ratifica que las sanciones ya no hacen diferencia entre administraciones anteriores y presentes.
Si bien en el arranque de la actual administración estatal casi todos los procedimientos apuntaban al desastre heredado, ahora los expedientes alcanzan a servidores actuales, evidencia categórica de que el sistema dejó de ser un ariete contra rivales políticos para volverse un recurso de trasparencia del servicio público.
Lo cual dignifica el quehacer gubernamental.
¿Qué ha conseguido la jurista María Teresa Herrera en esta encomienda? Auditorías formales, trazabilidad digital y una Unidad Anticorrupción que jerarquiza faltas graves y no graves de acuerdo con parámetros técnicos.
Fin del amiguismo y del compadrazgo como componentes exclusivos y arquetípicos del aparato público.
Ojalá los tiempos machistas y retrógradas no regresen. María Teresa Herrera es garantía de imparcialidad y justicia ecuánime.