¿A quién conoces?
1.
La supuesta superioridad de los colegios particulares sobre las escuelas oficiales ha venido evolucionando.
Hace 50 años los papás preferían inscribir en colegios privados a sus hijos porque allí se impartía la clase de religión. Después fue el inglés el valor agregado de esas instituciones. Luego la computación. Pero desde hace algunos años se inscribió otro elemento, complementario de los anteriores, pero con una importancia todavía más urgente a la hora de escoger la educación de los vástagos:
Los contactos, y las posibles oportunidades que de ahí surgieran.
2.
La religión, el inglés y la computación se relegaban a un seguno plano: había que procurar codearse con los niños de las mejores familias, generar redes que sirvieran después.
Si el estudiante clasemediero se juntaba con el junior del salón, cuyo papá era dueño de gran empresa, abría una puerta para su futuro. Ya pasados los años, y cuando este se había convertido en director general, se plantaría el entonces humilde compañero en su oficina, y le recordaría que compartieron pupitre en la primaria. Ese dato era fundamental para conseguir empleo, …
3.
… independientemente de sus competencias académicas o profesionales, de su experiencia previa.
La clave era el conocimiento mutuo, el contacto.
Tal fenómeno se ha extendido a casi a todas las esferas de la vida. Recibir una recomendación de alguien que conoce al médico, al sacerdote, al abogado, al señor de la carnicería, a la muchacha de la estética, al proveedor de aparatos domésticos, al gerente del banco donde tengo mis ahorros y, sobre todo, al funcionario público que debe encargarse de un trámite, rompe cadenas y acelera los tiempos.
4.
Viri Ríos así lo denuncia: “Uno de los factores más importantes del éxito en México no es que tanta educación tienes, sino a quienes conoces. Es por quien conoces que obtienes contratos, clientes e información privilegiada”.
Por su parte, Irene Vallejo toca el problema desde otro ángulo: “… hay quienes defienden que trabajar duro no siempre da resultado, porque todos los esfuerzos están sometidos al arbitrio de la suerte y de las oportunidades”.
Las excelentes escritoras coinciden: el mayor mérito no estriba en el empeño de superación, sino en contar con buenas relaciones.
5.
La 4T es un vivo ejemplo de este decantamiento por privilegiar la amistad sobre la capacidad.
Si en gobiernos anteriores era normal que se contratara a los cuates, que se les dieran concesiones y se aprobaran sus propuestas para construir carreteras y puentes, o dotar de alumbrado a las calles de las ciudades -así fueran más costosas o, inclusive, de pésima calidad-, en estos últimos años tal práctica se ha estandarizado.
Los nombramientos del actual gabinete tienen una clara regla: 90% honestidad -es decir, valoración subjetiva de quien decide- y 10% experiencia.
6.
Pues no.
En estos casos el afecto, o los intereses, o los compadrazgos y compromisos familiares, no pueden prevalecer sobre los méritos académicos y laborales, por una parte.
Por otra, y en especial para quienes otorgamos algún tipo de servicio, la calidad de nuestro trabajo no puede depender del conocimiento o recomendaciones que nos hagan sobre tal persona.
Con información previa o no de nuestros clientes o feligreses, el trato y la atención deberá ser siempre de absoluta excelencia.
El corazón no puede ganarle a la razón, mucho menos a la responsabilidad.
7.
Cierre icónico.
Es cierto que, en el pasado, algunos obispos mexicanos optaron por los poderosos del dinero, como lo afirma el presidente de la República. No es el caso del pastor que en la actualidad acompaña a los fieles de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García.
El prelado michoacano molestó a AMLO con un comentario que compartimos muchos: en vez de andar festejando en el Zócalo los cinco años del actual proyecto gubernamental, se debería declarar un día de luto nacional, por los asesinatos que se suceden día a día.