¿Afectaría a NL si el Congreso de EUA aprueba 5% de impuesto a las remesas?
Sin embargo, este ingreso sí se torna más significativo a nivel municipal.
Aunque la oferta laboral está prácticamente cubierta en nuestro estado, Monterrey percibió más de $200 millones de dólares en remesas en el último trimestre de 2024, y Guadalupe percibió $40 millones de dólares en el mismo periodo. Sumas nada despreciables.
Y ni se diga en algunos municipios del sur del estado, donde las remesas representan casi el consumo total de los hogares, o en municipios como Montemorelos.
No se diga Anáhuac, pegado a la frontera con nuestro vecino del norte.
Más o menos, en el último trimestre de 2024, Nuevo León recibió casi $800 millones de dólares en remesas de EUA.
Este dinero les sirve a muchas familias nuevoleonesas para echarse un taco a la boca.
Dicho de otro modo: los flujos de remesas no resultan tan importantes en Nuevo León, pero tampoco podríamos prescindir de ellas.
Si Donald Trump se saliera con la suya y su reforma fiscal se aprobara finalmente, con un 5% de impuestos a las remesas que envían los trabajadores nuevoleoneses ilegales, implicaría un dolor de cabeza a nivel local.
Hay analistas que opinan que México ya libró esa ola del 5% de gravamen a las remesas que llegan de EUA.
No es verdad.
No canten victoria.
El riesgo sigue latente.
Las negociaciones en el Congreso de EUA se pospusieron, lo cual es muy diferente a decir que se descartaron.
Los legisladores republicanos que se sumaron sorpresivamente a la bancada demócrata para frenar la reforma fiscal trumpista podrían volver al redil como hijos pródigos.
Es decir, por lo pronto sólo patearon el bote.
El éxito que tanto celebramos la semana pasada podría ser efímero.
Por eso, no es irrelevante la pregunta que me formuló ayer un vecino de Escobedo:
“¿Y si los gringos aplicaran el 5% a las remesas, cómo podría mi familia avecindada allá sortear ese impuesto?"
- Formas, las hay.
- El mexicano, además de trabajador, es ingenioso.
- En el planeta, sólo India supera a México en la recepción de remesas, aunque en realidad no llega ni al 4% de nuestro PIB.
Ya veremos cómo salvar ese escollo, de llegar a presentarse.
Por lo pronto, no estaría mal que los legisladores del Congreso de Nuevo León se sumaran a las protestas masivas para que no se apruebe ese 5% de gravamen a las remesas, porque, de por sí, nuestros trabajadores del otro lado de la frontera ya pagan muchos impuestos, estén o no estén de ilegales allá.
Además, este impuesto a las remesas también impactaría en el tipo de cambio y en la distribución de ingresos en México.
Nadie gana con este gravamen sin sentido.
Ni los mexicanos ni los norteamericanos.
Todos nos daríamos, sin excepción, un tiro en el pie.