Aguas Siniestras - Night Swim / EUA e Inglaterra, 2023
Aguas Siniestras es una extraña película de terror, un vehículo pequeño sobre la pesadilla que vive una familia que no sabe que la piscina que tienenen el patio de atrás de su nueva casa es un manantial capaz de sanar a una persona, pero igual conlleva un secreto.
La familia, compuesta por un exbeisbolista (Wyatt Russell) afectado por degeneración muscular, su esposa (Kerry Condon), e hijo e hija creen que llevan una vida positiva y con franca mejoría del marido.
Obvio hay más de lo que el ojo ve.
El director Bryce McGuire ya había tocado el tema en su cortometraje del mismo nombre, Night Swim (2014) con el aire paranoico de lo que nos puede acechar bajo la superficie del agua, de algo tan simple como una alberca.
Pero este vehículo, que comienza como una narrativa muy apegada a un escrito de Stephen King: terror doméstico que ha estado presente por muchos años al pueblo que habitan, se va esfumando conforme la historia se queda sin motivación alguna para seguir contando lo que vive la familia.
De hecho, la idea es buena.
Conforme conocemos los verdaderos hechos y sabemos qué está pasando, hay muchos caminos por donde irse, pero una señal mala de una película que no es buena es que uno comienza a ver el reloj varias veces y se percata que solo han pasado 30 minutos, ¡y caramba, le faltan 60 más!
Por eso el filme sigue con los clichés y tiene que recurrir a los personajes extraños que cuenta a cuentagotas que es lo que está ocurriendo para dar paso a los clásicos sustos forzados y maquilados para que uno brinque en el asiento.
Por eso, el vehículo pequeño se queda pequeño. Se queda en una copia de Eso, El Resplandor y otras más de King, y nos deja pendientes, inclusive lo básico de una película de terror, que es salir diciendo “me asustó… no me asustó”.