Anular el voto
Estamos en año electoral, la noche previa a la Navidad convoca a las familias a convivir. En muchas mesas el platillo central fueron las elecciones, hubo coincidencias, discrepancias y afinidades, pero el consenso estuvo en el hartazgo de lo que ofrecen los partidos políticos.
Mi dinámica no es estadística, solamente hablé a 15 o 16 amigos o familiares a quienes pregunté por su reunión familiar, además que si entre las conversaciones la política surgió, siguiente pregunté por los temas tratados, así descubro que en todas las reuniones estuvo presente la elección 2024.
No significa que les interese la política, solamente que fue uno de los tantos temas en la desvelada reunión acompañada por pavo, tamales, lomo, menudo o carne asada, ¡ah, y bebidas espirituosas!
Sobre Samuel y su fallida candidatura hubo de todo, quienes lo ven como víctima del PRIAN, los que consideran no debió pretender la candidatura y hasta los que consideraron que todo fue un “compló” desde palacio nacional porque les dio miedo su rápida aceptación.
Claudia Sheinbaum fue mencionada por su nombre en todas las conversaciones, destacando su pésima campaña, que si será parte del Maximato de López o que si logrará mandarlo a su rancho ya estando en el poder; Xóchitl solo se mencionó como antagónica de la ecuación.
La reflexión personal es que vivimos la peor elección de la Historia Presente, la del 2024 no representa un momento de pasiones, en todo caso refleja el encono entre los adictos a la 4T y los enervados anti 4T, pero a nadie parece importarle el país, sus debates se centran en la rabia contra el rival político.
México no merece las candidatas que hoy tenemos (porque no sabemos si en MC será hombre o mujer), no merecemos el nivel de política actual, perdimos el rumbo.
En la elección de junio de 2024 ganará una mujer, eso parece seguro. Ganará la representante de un proyecto dictatorial o la populista utilizada por las camarillas que dirigen los partidos opositores.
Dejemos en claro, los militantes (que no suman muchos millones) de los partidos opositores no son mafias, son, en la mayoría de los casos, creyentes de un proyecto de país, de una concepción ideológica que, revisadas a fondo, todas tienen algo de bueno, pero sus liderazgos son nefastos.
Tanto el PRI como PAN y PRD están guiados por grupos que solo buscan su interés personal, esto se refleja en las listas de candidatos plurinominales de sus partidos, para ellos, el triunfo o derrota de Xóchitl no es importante, lo valioso es que la hidalguense les dé suficientes votos como para alcanzar un escaño plurinominal.
La candidata de las izquierdas representa el proyecto de un régimen que nos encamina a un gobierno absolutista. La candidata de las derechas representa a quienes construyeron el mal gobierno que hoy padecemos, quienes corrompieron hasta el hartazgo a las instituciones.
Frente a la imposibilidad de votar por “la mejor candidata” me resta reflexionar y pensar en la anulación de mi voto para la silla presidencial al estar en la urna el próximo 2 de junio.
Anular el voto no es igual que no ir a votar, tampoco es cierta la cantaleta que es darlo al partido en el poder. Anular el voto conscientemente significa decirle al régimen que estamos hartos de ellos, que ni izquierdas ni derechas ni sus candidatas representan el México que queremos.
Anular el voto representa un ejercicio de resistencia civil pacífica, algo como lo que hizo el PAN en la elección de 1976, cuando retiró a su candidato presidencial por falta de condiciones para la competencia democrática y dejó al PRI solo en la elección.