¿Por qué algunos diputados locales quieren formar comisiones para cada problema del Metro?
No hay obras que sean copias al carbón de los planos originales.
En ninguna metrópoli sucede eso, se presentan las ingenierías básicas, se coordinan instancias, se otorgan permisos, se corrigen errores y se ajustan proyectos.
Si por cada eventualidad en una obra pública, dirigida por expertos y avalada por las cámaras y peritos, se formara una comisión legislativa, seguiríamos viviendo en la Edad de Piedra.
La parálisis legislativa es una enfermedad que cree ser su propia cura.
“Legislative gridlock”, le llaman los gringos: estancamiento legislativo.
Algunos diputados locales han exigido frenar las obras del Metro porque, con las recientes lluvias, una de las excavaciones se inundó (lo cual no es exacto).
La diputada local Lorena de la Garza incluso exigió formar una comisión legislativa para detener la obra y, ayer, en la glosa del Informe de Samuel García, le preguntó al Secretario de Movilidad si estaba de acuerdo para formar ese órgano revisor.
“La facultad es de ustedes”, respondió simplemente el doctor Hernán Villarreal, con toda razón.
¿Saben qué pasaría si se formara esa comisión? Lo que pasa con muchas comisiones especiales, burocracia, retrasos y más gasto.
Ronald Reagan decía que la construcción de grandes obras públicas es un cúmulo de problemas, y que las comisiones legislativas se forman para que estos problemas nunca se resuelvan.
¿Es eso lo que queremos los regiomontanos? ¿Que no se avance en la construcción de la Línea 4 y 6 del Metro? ¿Qué nunca se concluya?
Los regiomontanos queremos que sí se avance, en cambio, algunos diputados locales quieren que se frene, es más, exigen que ya no se haga.
¿Para manchar la imagen de Samuel García, aunque se lleven de encuentro a los nuevoleoneses? sí, de eso se trata.
Este fenómeno de las comisiones legislativas que se forman para polarizar, estorbando al oponente, lo estudió muy bien el escritor británico Cyril Northcote Parkinson.
Este escritor inventó la Ley de Parkinson, conocida como “La Ley de la Trivialidad”.
Al crearse una comisión parlamentaria, el tiempo invertido para echarla a andar será inversamente proporcional a la suma de dinero involucrado.
Dicen que, si Dios hubiera convocado una comisión para crear los cielos y la tierra, en vez de tardarse seis días y descansar en el séptimo, la comisión seguiría deliberado sobre dónde comenzar.
