La presidente (con “e”) y su teoría hidráulica de Palacio
La presidente (con “e”), que últimamente parece tener que inventar temas para llenar las dos horas de su programa matutino, salió ahora con que el no nato Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y la misma Ciudad de México habrían terminado bajo el agua durante la última temporada de lluvias.
Bueno, pues resulta que la enjuta mujer que habita Palacio Nacional —y que presume su “doctorado” cada que puede, aunque nadie se lo haya preguntado— ignora (o peor aún, no sabe) que existen otras áreas del conocimiento con verdaderos especialistas, gente con maestrías y doctorados que sí estudió en serio y que tiene la capacidad técnica, científica y multidisciplinaria para resolver el “supuesto” problemón hidráulico que ella ahora descubre con tono de revelación divina.
En México —y fuera de él— abundan los expertos egresados de instituciones como la UNAM, el IPN, la UANL, la UdeG, TEC de Monterrey y muchas otras universidades mexicanas y de Estados Unidos y Europa, con grados reales de Doctorado en Ingeniería Civil, Doctorado en Ingeniería Hidráulica, Doctorado en Ingeniería en Recursos Hídricos, Doctorado en Ingeniería Estructural, Doctorado en Ingeniería Sísmica, Doctorado en Arquitectura, Doctorado en Urbanismo, Doctorado en Ciencias de la Tierra, Doctorado en Geología, Doctorado en Geofísica, Doctorado en Ingeniería Ambiental, Doctorado en Sustentabilidad, Doctorado en Geotecnia, Doctorado en Mecánica de Suelos y Rocas, Doctorado en Ingeniería de Infraestructura, Doctorado en Ingeniería del Transporte, Doctorado en Ingeniería Costera y Portuaria, Doctorado en Ingeniería de Materiales para la Construcción, Doctorado en Planeación Urbana y Regional, Doctorado en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, Doctorado en Ingeniería Sanitaria, Doctorado en Ingeniería Hidrológica, Doctorado en Ingeniería Geotécnica, Doctorado en Ciencias e Ingeniería de la Tierra, Doctorado en Diseño Arquitectónico, Doctorado en Patrimonio y Restauración, Doctorado en Tecnología de la Construcción, Doctorado en Energía y Medio Ambiente, Doctorado en Ingeniería de Sistemas Ambientales, Doctorado en Ingeniería Aplicada y Doctorado en Ingeniería y Ciencias Aplicadas.
El NAICM fue diseñado —no por improvisados— sino por el arquitecto británico Norman Foster, fundador de Foster + Partners y ganador del Premio Pritzker 1999, junto al mexicano Fernando Romero, autor del Museo Soumaya y director de FR-EE.
La dupla concebía un aeropuerto icónico, sustentable y ligero, tan avanzado como su gemelo conceptual: el Aeropuerto Internacional de Hong Kong–Chek Lap Kok, también diseñado por Foster, ambos sobre terrenos naturalmente hostiles —Texcoco sobre un antiguo lago, Hong Kong sobre una isla artificial—, pero resueltos con ingeniería de primer mundo.
En Texcoco, el proyecto contemplaba drenajes pluviales profundos, lagunas de regulación, estaciones de bombeo, plantas de tratamiento y técnicas de mejora de suelo como precargas y drenes verticales, todo bajo monitoreo y mantenimiento continuo.
No había una “gran bomba” milagrosa, sino un sistema integral de ingeniería, digno de los países que prefieren la ciencia a la consigna.
Así que no, señora presidente, ni el aeropuerto ni la ciudad de México se iban a inundar.
Lo que sí se anegó fue el sentido común.
Porque, en resumen, el mensaje que nos deja su afirmación es claro: ¿para qué estudiar, para qué doctorarse, si al final “no se puede”?
