Bienestar social contra la pobreza
Con la disminución de 13 millones de personas en esa condición gracias a las políticas de bienestar social de los gobiernos de la transformación, valdría la pena repasar un poco la historia.
Para todos los críticos y escépticos que decían que los programas de bienestar social serían un detrimento para la economía nacional, hoy los hechos respaldan el nuevo modelo que vino a terminar con el neoliberalismo y los derroches del gasto público en las últimas décadas, antes del 2018.
Ha quedado demostrado que las críticas hacia la nueva forma de gobernar, a través del humanismo mexicano, carecían de sustento o eran más bien posturas mediáticas infundadas, o fruto de la ignorancia, ya que programas como el que hoy aplica México han sido experimentados con éxito, como puede observarse al conocer la historia universal contemporánea.
En el periodo de la Gran Depresión de los Estados Unidos, su presidente, Franklin Delano Roosevelt, activó un programa emergente que fue llamado “New deal” (nuevo trato) que fue un punto de inflexión en su historia, a través de un conjunto de políticas transformadoras que incluían la creación de programas sociales permanentes.
Además, se redefinió la relación entre el gobierno y los ciudadanos, con un mayor énfasis en proteger a la población a través de esos programas sociales permanentes.
En México, en los gobiernos de la transformación, se han tomado medidas como el incremento al salario mínimo, el fomento a la creación de empleos, el establecimiento de los programas de bienestar social, la inversión pública en obras de infraestructura y un control más eficiente del gasto público, entre otras reformas que contribuyeron a que, de 2016 a 2024, se haya disminuido la pobreza multidimensional, como lo ha informado el INEGI recientemente.
Modelos similares, que priorizan al ciudadano sobre las élites y que tienen un enfoque social en la economía, han sido implementados por Polonia, Alemania y España, además de algunas medidas aplicadas en la Unión Europea, donde ya se habla de prosperidad compartida.
Estamos, además, muy optimistas de que, con estas políticas de bienestar social, Nuevo León sea precisamente de los tres estados más prósperos y con menos pobreza del país.
