Carta pública (y educada) a AMLO

Alumnos de primaria perdieron dos años de aprendizaje porque el gobierno cerró las escuelas sin ofrecer ninguna alternativa de aprendizaje. 

Andrés Manuel: la maestra que puso usted en la SEP, Delfina Gómez, ya se fue. Probará fortuna como candidata a gobernadora de Edomex. Allá ella, y usted.

Lo único seguro es que no se le extrañará. La buena noticia es que ya dejó el cargo. ¡Al fin! 

Usted sabe perfectamente que la educación pública en México está vuelta añicos. Es un reverendo desastre. 

Pero como dicen los chinos (que son buenos como coaches motivacionales), toda crisis conlleva una oportunidad. O conlleva una metida de pata peor.

Vale la pena que lea, Andrés Manuel, un estudio publicado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias. Son datos duros:

  1. Menos del 70% de las escuelas públicas en comunidades rurales e indígenas tienen baño. 
  2. Menos del 60% de las escuelas públicas tienen una computadora
  3. Menos del 40% de las escuelas públicas tienen acceso a Internet (y casi ninguna en comunidades rurales e indígenas). 

Estos datos son previos a la crisis del Covid. ¿Cree usted que mejoraron o empeoraron después de la pandemia? Omito la respuesta, porque es obvia. 

Sigo con los datos del Centro de Estudios Espinoza Yglesias: en promedio, alumnos de primaria perdieron dos años de aprendizaje porque el gobierno cerró las escuelas sin ofrecer ninguna alternativa de aprendizaje.

En suma: ¡sálvese quien pueda!

Por eso, los únicos niños que aprendieron algo se debió a que sus padres o familiares desafiaron la negligencia de la SEP y los educaron por su cuenta y riesgo. Bien por ellos. 

¿La culpa es de la maestra Delfina? Sí.

Según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, AC (CIEP), en el Presupuesto de Egresos de la Federación se redujo el gasto en educación 1.3%, muy por debajo del 8% del PIB recomendado por organismos internacionales.  

Viri Ríos publicó un artículo en El País ("México: Educación pública SOS" 3/8/22), donde demuestra que durante la pandemia se recortó criminalmente el presupuesto de programas públicos que redujeran el rezago educativo, "para privilegiar la entrega de dinero en efectivo".

¿Esto es malo? Sí. Porque para regalar ese dinero (que resuelve sólo en parte la necesidad de ingreso básico), se descuidó "la oferta educativa amplia y de calidad".

Con todo respeto (como siempre dice usted, Andrés Manuel), le propongo que quien sustituya a la maestra Delfina Gómez en la SEP sea de verdad un investigador y experto en políticas públicas educativas. Los hay en México a raudales. 

Que sea un profesionista destacado en la materia, reconocido públicamente y dedicado única y exclusivamente a mejorar el sistema educativo en ruinas. 

No se le vaya a ocurrir meter en ese cargo a Marx Arriaga o a María Elena Álvarez-Buylla, porque de esta crisis educativa de magnitudes aún incalculables haría usted no una oportunidad, sino una metida de pata monumental (otra más). 

Me despido de usted, a la manera de los niños: "bye".
Eloy Garza

Es abogado, maestro en Letras por la UNAM y máster en Tecnologías de la Información por la Universidad Oberta de Cataluña. Escribe para diversos medios de comunicación.